Un trabajador rumano explica por qué ha regresado a su país tras 19 años fuera de casa: “Es hora de mirar hacia el futuro”

Después de pasarse los últimos 19 años en Italia, Pier Betig, que llegó a Turín con apenas 19 años, ha tomado la decisión de terminar esa etapa de su vida y volver a su hogar. El hombre pasó casi dos décadas trabajando en la industria metalúrgica italiana, pero ahora vuelve a Bucarest (Rumanía) con la certeza de que allí “se vive mejor” y que se ofrecen más oportunidades laborales.

En 2003, Bertig veía Italia como una nación de lo más prometedora. Al mudarse encontró trabajo rápidamente en una empresa de rodamientos para la industria automotriz y, con el paso del tiempo, terminó ascendiendo hasta volverse jefe de sección. No obstante, la crisis del sector y los numerosos despidos acabaron convenciéndolo de que debía emprender una nueva etapa en su vida profesional, y que lo mejor era marcharse de Turín.

Aunque reconoce que ha desarrollado fuertes vínculos emocionales con la ciudad italiana, ya que al fin y al cabo allí se convirtió en un adulto funcional, el hombre considera que la vida allí ya no es igual; hay menos oportunidades laborales. En cuanto llegó a Bucarest descubrió que su país natal es mucho más dinámico, uno en el que el mercado laboral está en crecimiento, las calles están impolutas y se respira un ambiente más tranquilo.

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Pier encuentra la verdadera felicidad en Rumanía

Curiosamente, los bisabuelos de Bertig eran italianos que emigraron a Rumanía después de la Segunda Guerra Mundial en busca de mejores condiciones de vida. Él realizó el viaje inverso muchas décadas después, por lo que con su vuelta, se cierra un bonito círculo en el que las dos culturas europeas han terminado marcando su identidad.

Desde su regreso, Bertig ha rechazado dos ofertas del sector automotriz y ha decidido dedicarse a su verdadera pasión: la pintura. Con los ahorros de sus años en Italia, ha apostado por convertirse en un artista profesional y ya ha participado en exposiciones internacionales (algunas en Turín). Aún así, reconoce que a veces echa de menos a sus amigos y la arquitectura de la ciudad que lo acogió durante casi veinte años.

La historia de Bertig se ha convertido en otro ejemplo de la situación que está viviendo Rumanía: desde 2019, miles de rumanos están volviendo a su país tras décadas de inmigración. A pesar de que la comunidad rumana continúa siendo la más numerosa de toda Italia, muchos optan por regresar al sentirse atraídos por el crecimiento económico y el aumento de oportunidades en su país de origen. Bertig, por su parte, resume así su decisión clave: “Siempre estaré agradecido a Turín, pero considero que es hora de mirar hacia el futuro”.

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