Relaciones

Un psicólogo señala los dos síntomas por los que “estás dando de más” en una relación

Analizar si te sientes apreciado, agotado u olvidado te sitúa en tus valores y necesidades, en lugar de en las reacciones de los demás.

Justin Paget
Cosecha del 81. Licenciada en Periodismo. Desde 2017 en Diario AS. Si hay un directo, estará tecleando. Sino, estará buscando una entrevista, un destino por descubrir o un personaje al que conocer.
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¿Es posible tener una relación donde ambos miembros de la pareja den lo mismo? ¿Hay siempre uno más enamorado de otro? El equilibrio emocional no es fácil, la intensidad con la que se vive una relación tampoco. No sólo hay altibajos por el día a día, sino también por el momento en que se llega a esa relación, las cargas, las mochilas que cada uno lleve.

Un estudio publicado en Journal of Social and Personal Relationships concluyó que las personas tienden a sacrificarse por su pareja incluso sin una reciprocidad anticipada. En el análisis de datos, los investigadores emplearon una prueba de presión fría, en la que los participantes sumergieron su mano en agua casi helada, y descubrieron que toleraban mucho más dolor por su pareja que por un amigo o en otras circunstancias.

El amor no tiene por qué ser una balanza, ni medirse al milímetro, pero conviene saber qué te aporta ser tú la persona que siempre hace más por la otra persona. En muchas personas hay una que hace sacrificios incluso si no recibe nada a cambio. Cuando esos esfuerzos son siempre unilaterales, o pasan desapercibidos, el gasto emocional puede aumentar y acabar transformando el amor en amargura.

Cuando un esfuerzo no es correspondido ni reconocido, genera resentimiento y hace que la relación sea emocionalmente insostenible. Los expertos afirman que hay que responder a una pregunta: “¿Estoy dando demasiado por amor o por la necesidad de ser correspondido?” Reducir la velocidad y monitorear tus patrones de generosidad afectiva serán la clave para saber si te sientes apreciado, agotado u olvidado. Una autorreflexión que te sitúa en tus propios valores y necesidades, en lugar de en las reacciones de los demás.

Otro estudio publicado en Behavioral Sciences investigó los miedos típicos de las personas respecto a las relaciones románticas, basándose en información de más de 1.000 adultos jóvenes. El más frecuente, tanto por género como por cultura, fue el miedo a no cumplir con las expectativas de la pareja. Y es que el miedo a no ser suficiente.

Esa sobrecompensación ocurre cuando asumes más de lo que te corresponde, te esfuerzas constantemente más y haces cosas por los demás, incluso cuando no te lo piden. Una creencia respecto a que tu valor depende de lo que haces por los demás, más que de quién eres.

Lo que debes mirar en ti

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Si das más porque se alejaron o se sienten distantes, deja de hacerlo. Estás reaccionando al miedo, no a la conexión. Si tu generosidad comenzó con el cuidado, pero ahora te genera ansiedad o desesperación, es señal de que debes dar un paso atrás y no esforzarte más. ¿Seguiría haciéndolo si me sintiera seguro? Si la respuesta es no, no lo hagas. Dar para demostrar tu valía solo crea un desequilibrio. Espera, comunícate o redirige esa energía hacia ti.

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