Un niño amasa una fortuna recolectando setas y se entristece porque la escuela le impide aprovechar la mejor época

La recolección de setas es un negocio que deja mucho dinero a quien las vende. Esta actividad es muy practicada por mucha gente, y de todas las edades. Uno de ellos es Eemeli Turunen, un niño finés de 11 años que ha convertido la recolección de hongos en su pasatiempo favorito.

Eemeli empezó a recoger boletus cuando tenía 3 años junto a su padre, y ahora ambos siguen haciéndolo juntos. Los dos saben perfectamente dónde buscar para encontrarlas. “Debes buscar boletus en lugares húmedos. Prosperan en bosques de abetos, por ejemplo, que no están demasiado bien mantenidos”, dijo el propio Eemeli.

La escuela, un impedimento para Eemeli

El chico ha manifestado su descontento por tener que ir a la escuela y no poder acompañar a su padre al bosque, ya que ahora empieza la mejor época del año para recoger boletus. Hasta que lleguen las heladas habrá oportunidad de recolectar esta preciada seta.

Los boletus, dependiendo de la calidad en la que se encuentren, se califican y se pagan de manera diferente. Están los de primera clase, que son blancos debajo de su sombrero, no tienen gusanos y son resistentes. Los de segunda clase son amarillos debajo del sombrero, pero el hongo está bastante intacto y libre de desparasitaciones. Y finalmente están los de tercera clase, de los que solo se aprovechan partes y que no pueden tener gusanos demasiado grandes.

Eemeli ya saca beneficio de sus recolecciones, pero el joven es ambicioso y espera sacar más aún. “Ya obtengo todos los ingresos por ventas de los hongos que recolecto. Tendré que juntar al menos 300 euros”, declaró el niño. Él y su padre esperan llegar a esa cifra en los próximos días.

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