Un joven habla de los problemas de España tras cuatro años en China: “Todo es absurdamente caro”

A veces, las comparaciones pueden ser odiosas, y eso es lo que le ocurrió al usuario de X (antes Twitter) @Ma_Wukong cuando volvió a España tras pasar cuatro años sin visitar su país natal. El joven, que vive en China, cuenta las diferencias que suele ver entre ese país y el nuestro.

De esta forma, el usuario ha decidido resaltar en sus redes sociales las disparidades más llamativas entre China y España.

“La mayoría de las infraestructuras se han quedado atrás respecto a la Asia desarrollada, como una década [...] Ya no hablemos de China, que está en otro nivel, pero hay infraestructuras directamente tercermundistas, como la Estación de tren de Chamartín”, explica el joven.

El arquitecto, además, ha denunciado lo “absurdamente caro” que es todo en España. “No hay relación directa entre datos de salarios más comunes y el coste de vida”, indica, al mismo tiempo que asegura no entender “cómo la gente puede sobrevivir si no es de la beneficencia”. “Comer fuera es un atraco, y cualquier restaurante de medio pelo te sale por lo mismo que un restaurante de lujo en Shanghái. No tiene sentido alguno. Eso sí, las terrazas llenas”, indica.

El arquitecto también critica el modelo de turismo que oferta España. “El país ha sido vendido a los guiris. Muchas partes de ciudades importantes ya se sienten como un decorado para que los guiris paseen. No me quiero ni imaginar cómo será en Mallorca, Alicante o Málaga, cuando esto ya ocurre en Santiago de Compostela, o en Coruña con los cruceros. Los españoles están para pasar por ahí”, indica.

Estos son solo algunos de los 14 puntos que el joven ha ido desgranando en un hilo de X. Por ejemplo, también critica la “clara pérdida de fe en el sistema” que tienen muchos españoles, porque “mucha gente parece vivir como si cualquier día fuese el último, asumiendo que nada va a mejorar”.

Los problemas de los jóvenes

También tiene palabras para los jóvenes españoles, que, a su parecer, necesitan “organizarse otra manera para salir de la precariedad”.

“Ha calado, absolutamente, la idea neoliberal de que cada uno es responsable de sí mismo, y el contrato social parece sustentarse en obtener un salario mínimo para subsistir a cambio de simular en redes sociales que la vida material no se corresponde con dicho sueldo, siendo la liberación dentro del capital, estilo Llados, y totalmente falsaria, la única esperanza de salvación”, zanja.

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