SOCIEDAD

Un ingeniero español plantea qué le pudo pasar al Titan y por qué cayó “como una flecha”

El experto en submarinos José Luis Martín explica a NIUS que, después de ver la disposición y el protocolo de uso de aquella palanca, no era un mecanismo adecuado para accionarse en una situación crítica

DAVID HISCOCKREUTERS

Los cuatro días de búsqueda del sumergible Titan desaparecido llegaron a un trágico final. Y es que los informes confirmaron que la nave sufrió una implosión catastrófica en algún momento de su viaje hacia el naufragio del Titanic, que habría matado instantáneamente a los cinco pasajeros. Tras el descubrimiento de la Guardia Costera de Estados Unidos y de las autoridades canadienses de los restos de la nave, hay expertos que han querido reconstruir los hechos.

Uno de ellos es José Luis Martín, ingeniero, marino mercante y experto en submarinos. Desde el día en que el Titan desapareció, debido a su trayectoria como jefe de máquinas en un submarino turístico para pasajeros, se dedicó a explicar las características técnicas del aparato, las posibilidades que había de localizarlo y las dificultades extremas de rescate.

La estabilidad, el factor clave

En un informe que ha realizado para NIUS, basándose en los datos que se han hecho públicos hasta la fecha, baraja la hipótesis más plausible de lo que pudo ocurrir el pasado domingo 18 de mayo, 105 minutos después de que el Polar Price lanzara al submarino a las aguas del Atlántico Norte.

El documento comienza explicando cómo la estabilidad es el factor clave en el diseño de un submarino turístico y cómo el sistema de control de pesos permite que el aparato vaya realizando la inmersión en condiciones de total seguridad, sin desestabilizarse.

Explicación

“El submarino avanzaba estable y en horizontal, pero durante la inmersión controlada del Titan tuvo que haber forzosamente un fallo eléctrico, el cual dejó al sumergible sin propulsión. Y al faltar esa propulsión, el peso de los pasajeros y el del piloto (unos 400 kilos), que estaban concentrados en la parte delantera cerca de ‘ojo buey’ descompensó la estabilidad longitudinal”, explica Martín, que lo sitúa en torno a los 1.700 metros de profundidad.

En ese preciso momento es cuando el submarino cae de proa como una flecha hacia el fondo del mar, sin posibilidad alguna de maniobrar con los elementos de control y seguridad averiados. “El piloto no pudo accionar la palanca de emergencia que soltaba bruscamente los lastres de plomo y que la compañía lo anunciaba pomposamente en uno de sus vídeos publicitarios”, declara el ingeniero español.

No era un mecanismo adecuado para accionarse en una situación crítica

Después de ver la disposición y el protocolo de uso de aquella palanca, este experto llega a la conclusión de que no era un mecanismo adecuado para accionarse en una situación crítica. Con todo ello, señala que el caer hacia las profundidades del océano, el casco resistente se vio sometido a un súbito aumento de la presión y entonces se produjo una fuerte comprensión del recipiente donde estaban turistas y piloto.

Es decir, el Titan pasó de soportar una presión determinada a otra muy superior en pocos segundos. En estos casos, la contracción del casco del submarino no es gradual sino instantánea. “Dentro del Titán se produjo una contracción instantánea del casco resistente, lo que supuso una pérdida de volumen del orden del 70% al 80%. En esas condiciones y a esas profundidades la súbita contracción del casco supuso a su vez una disminución del ‘empuje’, por lo que el Titan en su continua caída era cada vez más pesado”, concluye Martín. Esa caída se alarga durante unos ochocientos metros y, en ese punto -a unos 2.500 o 2.700 metros de profundidad- es cuando ocurre la tragedia.

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