Un hombre de 34 años comparte su secreto para ganar más de 400.000 euros al mes: “No sé cuánto tiempo va a prosperar”

Para Derrick Morgan Jr., abogado de marcas y emprendedor digital de 34 años estadounidense, la jubilación no es una meta lejana, sino una estrategia planificada al detalle. Su objetivo: retirarse a los 45 años con la tranquilidad de haber acumulado suficiente patrimonio para vivir sin depender del trabajo. Su método es ahorrar más de 11.000 euros al mes (unos 12.000 dólares) y mantener un estilo de vida austero pero equilibrado, desde su apartamento alquilado en Ciudad de México.

Morgan dirige un bufete especializado en propiedad intelectual. Comenzó ofreciendo sus servicios legales durante la pandemia a través de Fiverr, una plataforma en línea para trabajos freelance, y poco a poco convirtió ese pequeño negocio digital en una firma que genera cerca de 460.000 euros al año (medio millón de dólares). Ahora gestiona su empresa con la ayuda de un asistente legal y una herramienta de inteligencia artificial.

“No sé cuánto tiempo durará mi negocio, así que me aseguro de pagarme a mí mismo primero”, explica para la cadena televisiva CNBC. “Invierto lo máximo posible y luego vivo con lo que queda”. Destina alrededor del 40% a planes de inversión y ahorro.

Invertir primero, gastar después

Según una entrevista en el citado medio, Morgan basa su disciplina financiera en principios recogidos en “El hombre más rico de Babilonia” un clásico de la educación financiera que anima a ahorrar antes de gastar. Esta mentalidad le ha llevado a adoptar una estrategia centrada en la inversión temprana y constante.

Aunque no pierde de vista los mercados, también apuesta por diversificar. Desde hace meses participa en el desarrollo de un hotel boutique en México, donde ha concentrado sus mayores desembolsos este año. Además, obtiene ingresos pasivos del alquiler de una propiedad en Chicago, y no descarta nuevas inversiones inmobiliarias como vía para desligar parte de su patrimonio del vaivén bursátil. Así, consigue vivir en un apartamento amueblado en Ciudad de México, que le cuesta unos 1.875 euros al mes.

Con todo esto, y en un contexto en el que millones de personas —tanto en Estados Unidos como en España— luchan por llegar a fin de mes, hablar de jubilación anticipada puede parecer una quimera. Pero también es un recordatorio de cómo el sistema económico actual premia a quienes logran emprender con éxito, mientras deja atrás a quienes no han tenido las mismas oportunidades, recursos o redes de apoyo.

Morgan, en la entrevista para CNBC, no oculta que su motivación nace de haber crecido con limitaciones. Su impulso por alcanzar la independencia financiera es comprensible, pero también revela hasta qué punto el miedo a la inseguridad económica sigue marcando las decisiones vitales de toda una generación. Una jubilación anticipada, en este caso, no es sinónimo de ocio, sino de querer vivir sin miedo a la precariedad.

Su historia debería servir no solo de inspiración, sino también como punto de partida para reflexionar sobre qué cambios estructurales serían necesarios para que más personas pudieran aspirar, no ya a jubilarse a los 45, sino a vivir con dignidad durante toda su vida laboral y más allá. Porque la verdadera libertad no consiste en escapar del sistema, sino en transformarlo para que funcione para todos.

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