Despecho en Madrid con Benzema: los aficionados donan sus camisetas
El comercio de ropa Humana asegura haber experimentado un ‘boom’ de donaciones de playeras del francés desde que se marchó del Real Madrid.
¿Qué es el desamor? Podríamos ponernos en un plano existencial y responder de forma abstracta. Hablar de qué color es el amor, relacionarlo con el arte. Podríamos hablar sobre hacer aterrizar un avión en Barcelona solo para darle un beso a tu novio. De si es desamor presentarte en tu boda sin afeitar y con ojos de ‘haber cerrado Madrid la noche anterior’. Pasarse 12 horas en un Alsa para romper con tu pareja. Que el sacerdote de tu boda arda en llamas. Del amor en tiempos de erasmus. Mientras hacíamos este brainstorming, un nuevo modelo de desamor ha llegado a Madrid: un día estás celebrando el balón de oro de tu futbolista favorito y al siguiente estás donando su camiseta a una tienda de ropa de segunda mano. C’est la vie.
Hay un ‘boom’ en las donaciones de la camiseta de Benzema del Real Madrid. La cadena de ropa de segunda mano Humana ha asegurado a Diario AS que se ha producido “un gran incremento de camisetas con el nombre de Benzema porque se ha ido del equipo”. Los aficionados que lo hacen, al tratarse de donaciones, no reciben ni un solo duro por ellas. Las depositan en contenedores de ropa que la empresa tiene en la calle junto a otras camisetas mortales. Según Humana, desde que Benzema se marchó de la capital, se ha doblado la venta de sus camisetas. ¿Qué es el desamor? Cuestión resuelta.
Pero cuando una puerta se cierra, otras tantas se abren. De acuerdo con la empresa, de media se venden al mes unas 20 camisetas de Benzema en las 25 tiendas que la cadena tiene distribuidas por la capital de España. De hecho, Humana ha asegurado que ya se han agotado todas las camisetas que tenían de Benzema y se encuentran a la espera de nuevas donaciones. El francés abandonó el Real Madrid el pasado mes de junio tras 14 años en el club. Fue una relación bonita, con sus altibajos, desde los 21 hasta los 35 años. Primero dijo que podría irse, luego que eran rumores y al final acabó marchándose, dejando a su paso un reguero de lágrimas y un tráfico de camisetas entre despechados y nostálgicos.
No es la primera vez que ocurre algo así. Según explica a este diario Juan Carlos Montes, del departamento de comunicación de Humana, pasó lo mismo cuando Cristiano Ronaldo se marchó a la Juventus en 2017 y cuando Leo Messi puso rumbo al PSG en el verano de 2021 tras no poder renovar con el F.C Barcelona. “Mucha gente ha donado las camisetas de sus ídolos cuando se han ido de sus equipos. Han dicho ‘a tomar por saco’ y las dejan en los contenedores”.
Las camisetas de fútbol en Humana se suelen vender entre 10 y 15 euros, aunque algunas de más antigüedad y más difíciles de encontrar son más caras, según Montes. Hay camisetas de otras tantas ligas y equipos de fútbol. También de la NBA. Quién sabe si en algún lugar de Madrid, en alguna tienda Humana, Benzema y Cristiano siguen compartiendo percheros.
La opinión de Roncero: “Es excesivo castigarlo con devolver la camiseta”
A los oídos de Tomás Roncero ha llegado este desamor francés. Preguntado en la redacción de AS sobre la donación de las camisetas de Benzema, el periodista ha indicado que “hay que tener memoria para los que han sido leyendas” y que quizás “la manera en las que Benzema se fue” es el motivo que el desamor ha escogido para convertirse en despecho justificado.
“Yo tengo muchas camisetas guardadas de Cristiano, Raúl, Casillas, Ramos… Yo no las daría. Lo que sí es cierto es que trascienden las maneras en las que Benzema se fue. La forma en la que se marchó no gustó a la gente, el hecho de que lo dijera muy al final, el último día, cuando dos días antes daba a entender que se quedaba… Creo que Benzema no supo elegir el momento en el que irse, pero también que es excesivo castigarlo con devolver la camiseta, que fue el balón de oro hace tan solo año y medio y fue artífice de la 14. Yo pediría a la gente que la tiene que se la guarde en el cajón”.
En esta vida se pueden pedir muchas cosas. La felicidad plena, un trabajo estable, un colchón económico. Un colchón viscoelástico. Visitar las ruinas del Titanic y aterrizar el avión en un lugar concreto para dar un beso. Pero no se puede pedir la eternidad, que solo existe en la memoria, pero también doblada y planchada en el fondo de algunos cajones.