Sale absuelta tras 20 años de cárcel acusada de matar a sus cuatros hijos
Una investigación coordinada por una científica española ha concluido que el fallecimiento de los niños se debe a raras mutaciones genéticas o anormalidades congénitas.
Kathleen Folbigg es una mujer de 55 años y procedencia australiana que llegó a ser considerada, a principios de siglo, la peor asesina en serie de su país. El motivo reside en el fallecimiento de sus cuatro hijos de entre nueve semanas y tres años de edad entre 1989 y 1999, por los que la acusaron de asesinato y homicidio involuntario. Ahora, una investigación coordinada por la científica española Carola García de Vinuesa ha suscitado una “duda razonable” y las autoridades le han dado el indulto y le han puesto en libertad este lunes tras pasar 20 años en prisión.
Así lo ha reportado el fiscal general del estado de Nueva Gales del Sur, Michael Daley. Este ha expresado que una investigación iniciada en el mes de mayo del pasado 2022 establecía una “duda razonable” en la condena de Folbigg. Y, “en aras de la justicia, Kathleen Folbigg debe ser liberada de custodia lo antes posible”, ha detallado. De esta manera, se rompe con la teoría que se tenía hasta ahora de que la mujer había asfixiado a los niños, dado que la investigación revela que los cuatro presentaban raras mutaciones genéticas o anormalidades congénitas.
Además de los avances científicos, la falta de pruebas también ha jugado a su favor. Lo único que encontraron las autoridades fue el diario de Folbigg. Las alegaciones ambiguas que la madre hacía en el mismo, y sacadas de contexto, se emplearon a modo de responsabilización por lo ocurrido en un caso que se ha revisado en severas ocasiones. En 2005, Folbigg, que siempre ha defendido su inocencia, logró que le rebajaran la pena a 30 años. En 2008, se llevó a cabo una investigación no judicial del caso, pero las autoridades judiciales insistieron en la culpabilidad de la mujer.
2020: una investigación científica revela la inocencia de Folbigg
El caso de Folbigg no es único. Y, aunque el fallecimiento de cuatro niños puede resultar sorprendente, no lo es tanto si son hermanos, puesto que pueden compartir el mismo fallo genético. Así ha ocurrido en este caso y ha podido constatar un equipo de científicos, coordinado por la inmunóloga española Carola García de Vinuesa y liderado por el danés Michael Toft Overgaard. Lo han detallado en una investigación que han compartido en la revista especializada Europace, de la Asociación Europea de Cardiología.
En concreto, señalan que los niños portaban variantes raras de un gen que mata a roedores por ataques epilépticos. Y el fallecimiento de las dos niñas, por muerte súbita en 1993 y 1999, lo han vinculado a una mutación genética denominada CALM2 G114R, que es la culpable de este tipo de defunciones. Con toda esta información, la comunidad científica se dirigió, ya en 2021, a las autoridades australianas con una misiva en la que solicitaban el indulto y la liberación de la madre de estos cuatro niños.
El indulto no implica la absolución
La investigación científica ha logrado poner sobre la mesa la posibilidad de que Folbigg sea inocente. Sin embargo, todavía no ha quedado absuelta de los cargos por los que fue llevada a prisión. Este paso queda en manos del Tribunal Penal de Apelaciones, que deberá considerar si dárselo o no. Además, todavía cabe la posibilidad de que la indultada reclame una petición por todo lo ocurrido.