SOCIEDAD

¿Qué se debe hacer cuando una mascota muere con la nueva Ley de Bienestar Animal?

Hay que dar de baja al animal del registro correspondiente y entregar un documento que acredite que ha sido incinerado o enterrado por una empresa reconocida oficialmente.

Foto: Cortesía | Google

Según la Ley de Bienestar Animal, si la mascota fallece en el domicilio se debe llamar al veterinario y este será quién de las instrucciones adecuadas para proceder. Sin embargo, por norma general, se debe avisar a la administración de la comunidad autónoma correspondiente y dar de baja al animal del registro.

La Ley 7/2023, propuesta el 28 de marzo y puesta en vigor a finales de septiembre, establece en su artículo 26 que “la baja de un animal de compañía por muerte deberá ir acompañada del documento que acredite que fue incinerado o enterrado por una empresa reconocida oficialmente”. Esto se debe a que en España está prohibido enterrar cualquier animal en sitios no autorizados, por lo que es necesario acudir a una empresa que realice este tipo de actividades para dar el último adiós.

En dicho documento también tiene que aparecer el número de identificación del animal fallecido, junto al nombre y apellidos del responsable. Si esto no es posible, deberá quedar constancia de la empresa que se ocupó del cadáver de la mascota. La ley también establece que si es inviable recuperar el cuerpo, se debe documentar de forma adecuada.

Nueva aplicación de la eutanasia

Hace unos meses, para evitar la sobrepoblación en muchos centros de protección animal, se solía recurrir al sacrificio de aquellos que llevaban más tiempo en las instalaciones para que llegasen otros nuevos. Sin embargo, con la puesta en vigor de la nueva ley se prohíbe expresamente el sacrificio de cualquier animal excepto cuando sufra por causas que no tengan vuelta atrás.

“La eutanasia solamente estará justificada bajo criterio y control veterinario con el único fin de evitar el sufrimiento por causas no recuperables que comprometa la calidad de vida del animal”, contempla en su artículo 27. Por tanto, este proceso debe estar acreditado y certificado por algún profesional de la veterinaria.

El objetivo principal de esta nueva medida es asegurar la mejor calidad de vida posible para los animales. Además, se busca reducir el número de sacrificios que se llevan a cabo en las perreras o centros de refugio animal, ya sea por sobrepoblación, imposibilidad de encontrar adoptante o lesión que puede ser tratada, entre otras razones.

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