HERENCIAS

¿Qué es una herencia yacente, cuál es su significado, plazos y cómo se resuelve?

La herencia yacente hace referencia al periodo que va desde la apertura de la sucesión mortis causa tras la muerte hasta la aceptación de la herencia.

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La herencia yacente hace referencia al periodo que va desde la apertura de la sucesión mortis causa tras el fallecimiento del causante hasta la aceptación de la herencia por parte de los herederos. Durante esta fase del proceso sucesorio, los herederos aún no han entrado en posesión de la herencia. En otras palabras, la herencia yacente es la situación en la que se encuentra el patrimonio de la persona fallecida desde que ocurre el deceso hasta que los herederos aceptan o renuncian a la herencia.

Durante este periodo, la herencia no tiene un titular específico, por lo que el patrimonio que la compone se considera como herencia yacente. Es importante destacar que la indeterminación del titular es transitoria, ya que una vez que el heredero acepta la herencia, se convierte en titular con efectos retroactivos desde el momento del fallecimiento del causante. En resumen, la herencia yacente es una fase necesaria para dar continuidad al patrimonio hereditario hasta que se determine su titular. El plazo para aceptar la herencia puede variar, pero la jurisprudencia ha establecido un límite de 30 años desde el fallecimiento, aunque ciertas personas interesadas pueden solicitar al heredero que manifieste su decisión antes de ese plazo.

Plazos

Los plazos para aceptar una herencia pueden variar según la legislación de cada país o región. Sin embargo, en general, se pueden considerar los siguientes:

  1. Plazo legal: En muchos lugares, existe un plazo legal dentro del cual los herederos deben aceptar o renunciar a la herencia. Por ejemplo, en España, el plazo es de 30 años desde el fallecimiento del causante. Esto significa que los herederos tienen hasta 30 años para tomar una decisión sobre la herencia. Sin embargo, ciertas personas interesadas pueden solicitar al heredero que manifieste su decisión antes de ese plazo.
  2. Plazo voluntario: Además del plazo legal, los herederos pueden aceptar la herencia de manera voluntaria en cualquier momento después del fallecimiento. No están obligados a esperar los 30 años. Por lo tanto, pueden aceptarla o renunciarla antes de que expire el plazo legal.
  3. Plazo para renunciar: Si un heredero decide renunciar a la herencia, también debe hacerlo dentro de un plazo determinado. Este plazo puede variar según la jurisdicción, pero generalmente es más corto que el plazo para aceptar la herencia. En España, por ejemplo, el plazo para renunciar es de 6 meses desde el fallecimiento del causante.

¿Cómo se resuelve?

La resolución de una herencia yacente implica varios pasos legales y administrativos. Así se puede resolver el proceso:

  • Identificación de herederos: En primer lugar, es necesario identificar a los herederos legales del causante. Esto puede requerir la presentación de documentos como el certificado de defunción y el testamento (si existe). Los herederos pueden ser cónyuges, hijos, padres u otros familiares directos.
  • Inventario de bienes: Se debe realizar un inventario de los bienes y deudas que forman parte de la herencia. Esto incluye propiedades, cuentas bancarias, inversiones, vehículos, joyas y cualquier otro activo o pasivo. El inventario debe ser lo más completo y detallado posible.
  • Pago de deudas y gastos: Antes de que los herederos puedan recibir su parte de la herencia, es necesario liquidar las deudas pendientes y los gastos relacionados con el proceso. Esto puede incluir impuestos, honorarios legales y otros costos administrativos.
  • Aceptación o renuncia de la herencia: Los herederos deben decidir si aceptan o renuncian a la herencia. Si aceptan, se convierten en titulares de los bienes y derechos del causante. Si renuncian, se excluyen de la herencia y no tienen ninguna responsabilidad sobre ella.
  • Trámites legales: Dependiendo de la jurisdicción, se deben presentar documentos legales ante el tribunal o notario para formalizar la aceptación o renuncia de la herencia. Esto puede incluir escrituras públicas, declaraciones juradas y otros trámites.
  • Distribución de bienes: Una vez que se ha completado la aceptación de la herencia, los bienes pueden distribuirse entre los herederos según las disposiciones del testamento o las leyes de sucesión intestada. Esto puede implicar la transferencia de propiedades, la liquidación de cuentas bancarias y otros procedimientos.
  • Registro de cambios de titularidad: Finalmente, se deben realizar los cambios necesarios en los registros públicos para reflejar la nueva titularidad de los bienes. Por ejemplo, se debe actualizar el registro de la propiedad para reflejar al nuevo propietario de una vivienda.

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