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¿Por qué no se pueden reflotar los restos del Titanic a la superficie?

El Titanic se hundió en 1912 y se necesitaron más de siete décadas para localizar sus restos. Permanecerán donde están hasta que el barco se consuma y desaparezca.

El Titanic realizaba su viaje inaugural a través del Océano Atlántico en abril de 1912. El barco que había sido promocionado como “insumergible” partió de Southampton y se dirigía a la ciudad de Nueva York cuando un iceberg abrió su casco. El enorme barco tardó alrededor de dos horas y cuarenta minutos en ser reclamado por el mar junto con más de 1.500 pasajeros.

Se necesitaron más de siete décadas para localizar los restos del barco, pero los intentos de localizar y levantar el Titanic comenzaron casi tan pronto como se hundió. Sin embargo, incluso las ideas más razonables para recuperar los restos del barco hundido se encontraron con distintos problemas.

¿Por qué no se pueden revestir los restos del Titanic?

Una de las principales razones es que el Titanic descansa a 4.000 metros, unos 12.500 pies, por debajo de la superficie del Atlántico Norte, en un entorno increíblemente difícil para realizar cualquier operación. Las condiciones desafiantes y el tamaño del barco significan que cualquier proyecto sería extremadamente costoso, algo que detuvo cualquier intento anterior

El Titanic se quedará donde está, al menos por ahora, ya que es demasiado frágil para levantarlo del fondo del océano. El agua salada ácida, el ambiente hostil y una bacteria devoradora de hierro están consumiendo el casco del barco. Este último parece volverse más peligroso y, eventualmente, lo reducirá a una enorme pila de fragmentos. Tampoco hay que olvidar que técnicamente es un cementerio de las más de 1.500 almas que perecieron en el naufragio.

¿Qué métodos se han propuesto para elevar el Titanic?

Se han recuperado varios objetos de los restos del Titanic, incluida una sección del casco recuperada en 1998. Si bien se abandonaron los planes para realizar cualquier operación en las dos secciones principales, surgieron ideas interesantes sobre cómo reflotar el transatlántico.

Quizás una de las más plausibles era usar globos que se inflasen debajo de los restos para elevar el Titanic a la superficie. Una película de 1980 llamada ‘Raise the Titanic’ basada en un libro del mismo nombre relata la hazaña lograda con éxito.

Además de la fragilidad del casco, se habría requerido una tremenda coordinación para inflar los globos a la velocidad correcta para que el casco subiera a la superficie a la velocidad correcta para que no se desintegrara. Sin mencionar que se necesitaría una enorme cantidad de helio.

Una de las primeras ideas presentadas en 1914 fue usar electroimanes para encontrar los restos y sacarlos a la superficie. En las décadas de 1960 y 1970, algunas de las propuestas más descabelladas incluían llenar el barco con pelotas de ping pong o esferas de vidrio para sacar el barco de las profundidades.

Otras ideas descabelladas fueron, por un lado, llenarlo con 180,000 toneladas de vaselina, que en teoría se solidificaría y haría subir el Titanic; y por otro lado, congelar el agua alrededor del buque, utilizando hidrógeno líquido para lograr el mismo efecto.

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