SOCIEDAD

¿Por qué la Torre Eiffel y otros monumentos crecen en verano y menguan en invierno?

El monumento francés, así como otros edificios, se construyeron con materiales sensibles a las temperaturas, lo que hace que puedan variar de altura cada año.

La Torre Eiffel es uno de los monumentos más icónicos del mundo. Este edificio, uno de los lugares más bellos de París, se ha convertido, por derecho propio, en un paraje espectacular, en el que todos los turistas se detienen en medio de su visita a la capital de Francia. De hecho, los datos hablan por sí solos.

Casi 7 millones de personas visitan cada año al monumento construido por Gustave Eiffel. Con el paso del tiempo, la belleza del lugar atrae a más y más visitantes, y a, lo largo de las décadas, hay ciertos fenómenos que llaman la atención a todos los que visitan a la torre.

Uno de los más destacados que tiene que ver con la Torre Eiffel está relacionado con el tamaño de esta. Esto se debe a que, en los meses de verano, la edificación crece unos centímetros, mientras que, cuando llega al invierno a la ciudad gala, la torre pierde altura. Pero, ¿cuál es el motivo de que se produzca esta situación?

¿Por qué la Torre Eiffel y otros monumentos crecen en verano y menguan en invierno?

Este fenómeno tiene una explicación. El motivo de este suceso es debido al tipo de material con el que se ha construido el edificio. La Torre Eiffel se edificó con hierro pudelado, que es muy sensible a las variaciones de temperatura. Es por ello por lo que, cuando aumenta la misma, el hierro se dilata y produce cambios de tamaño.

A lo largo del año natural, hay movimientos de altura en torno a los 15 centímetros. Si se alcanzan temperaturas de 40 grados en París, puede crecer hasta 12, lo cual es una altura nada desdeñable. Esto se debe a lo que se conoce como ‘expansión térmica’. Esto causa que los materiales respondan en consecuencia de un cambio de temperatura debido a la época del año.

Pero este hecho científico no solo se corresponde con el ascenso. También puede haber una caída de grados, debido a que el material se puede contraer. Cuanta menos temperatura haya, los edificios que estén construidos con materiales sensibles, como el hierro de la Torre Eiffel, se pueden ver afectados por este evento perdiendo centímetros.

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