SOCIEDAD

¿Para qué sirven Turbo, Temp o Sleep? Este es el significado de las teclas del mando del aire acondicionado

El fiel compañero en este caluroso verano dispone de tres funciones que quizá desconocías. Te contamos para que sirven cada una de ellas.

Parece que el verano 2024, se cuenta más por olas de calor que por días. Incluso en algunos lugares de la geografía española se nos ha olvidado que, de vez en cuando, caen gotas de agua de las nubes, aquello que llamábamos lluvia.

Para combatir estas sofocantes altas temperaturas, se suele recurrir al agua fría, bebidas refrescantes, chapuzones o el aire acondicionado. Quizá este último, más concretamente el mando, se convierte en el fiel compañero en esta calurosa estación. Un aparato que consta de muchos botones que terminamos utilizando, a veces bien y otras, sin saber muy bien su significado.

¿Para qué sirve la tecla de Turbo?

Llegas a casa, después de una jornada dura de trabajo, con el coche ardiendo o con el transporte público a reventar, y lo primero que te apetece es recibir una bocanada de aire fresco, no quieres esperar. Si ese es tu deseo, la función turbo es lo que necesitas. El aparato trabaja a la máxima velocidad desde el primer segundo, de 0 a 100. La habitación puede adoptar la temperatura deseada en tiempo récord. Eso sí, tiene sus contras. La tolerancia que tengas a los cambios bruscos de temperatura puede hacer que sufras un resfriado, y por otra parte, supone un alto consumo eléctrico.

¿Para qué sirve la tecla de Temp?

Puede que esta suene más, básicamente por que es una de las más comunes. La temperatura aparece en la pantalla del mando, seguida del símbolo °C. En el centro del mando, se sitúan los clásicos botones con el dibujo de una flecha para subir o bajar la temperatura. Lo recomendable es que esté entre los 20 °C y 22 °C. Si las ventanas no están recibiendo luz solar, entre 23 y 26 °C, al igual, que si queremos dejarlo puesto mientras dormimos.

¿Para qué sirve la tecla de Sleep?

Es un ajuste que se realiza para las horas de noche. Se adapta a las temperaturas más adecuadas para dormir, y a su vez emite menos ruido. La suma de estos dos factores hace que se reduzca el consumo de energía hasta en un 36%. En nuestras manos está el poder programar cuanto tiempo queremos que funcione este modo, pero lo más aconsejable es no sobrepasar las cuatro horas.

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