No es de Jijona: el turrón más antiguo de España data de 1223, viene de Cataluña y aún se puede comprar
La localidad de Agramunt, en Lleida, puede presumir de ser el punto de partida de la historia del turrón en España.
La Navidad es época de estar con la familia, de desconectar después de todo un exigente año de trabajo y de comer. Abundantes cantidades de comida llenan las mesas de toda España, sobre las que se reúnen familiares y amigos para compartir tiempo de calidad entre entrantes, platos principales y postres.
Y en esta comida destaca, sobre todo, una de las más típicas de la Navidad: los turrones, mazapanes y polvorones. Si nos detenemos en los primeros, enseguida se nos viene una palabra a la mente: el turrón, de Jijona (Xixona, en valenciano). Cierto es que desde esta localidad alicantina, de apenas unos 7.000 habitantes, salen cada año toneladas de este popular producto navideño, no es aquí donde encontramos el más antiguo de España.
Para ello, debemos viajar hasta Cataluña. Concretamente, hasta la localidad de Agramunt, en Lleida. Allí se fija la primera referencia escrita sobre el turrón, hace poco más de doce siglos, allá por el año 1223. De acuerdo con el relato que ha trascendido desde entonces, las primeras referencias a este dulce típico datan entre los años 1221 y 1223, cuando el monje de Tàrrega Pere Ferrer hacía alusión a los ‘terrones’ en una descripción en el Costumbrario del Monasterio de Sant Cugat.
En ella, el religioso lo describía como una comida típica no solo de Navidad, sino también de la Semana Santa. Es esta, pues, la primera referencia que se puede tomar del turrón. Pero no será hasta un siglo más tarde, en el 1324, cuando aparezca ya incluido en un recetario catalán, El Libro de Sent Soví, donde se hace referencia al turrón hecho con miel. Más tarde, aparecería descrito ya con avellanas, la base de turrón de Agramunt, que también incluye en su elaboración la miel, la clara de huevo y las obleas.
De alimento energético a tradición navideña
Una de las cosas más curiosas de este turrón es que, en un principio, era un alimento energético consumido especialmente por campesinos. Elaborado a base de miel, almendras y claras de huevo, poco a poco se fue popularizando hasta llegar a consolidarse como uno de los dulces más típicos de estas fechas navideñas.
Y así ha llegado hasta nuestros días, en los que ha mantenido su tradición inicial. Basado en ingredientes locales, y elaborado con los métodos tradicionales de producción, se diferencia por emplear avellanas en lugar de almendras y por contar con una textura más dura. Así fue al inicio de su historia y así lo podemos comprar hoy en día. La Indicación Geográfica Protegida (IGP) ha resultado clave para poder mantenerse a pesar del paso del tiempo.
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