New Mannahatta: el proyecto que pretende expandir Manhattan siete kilómetros sobre el mar

El Proyecto Manhattan fue uno de los principales proyectos de investigación durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial. Liderado por el físico teórico Robert Oppenheimer, el trabajo finalmente concluiría con la bomba atómica. Ahora, con un nombre parecido, el conocido como ‘New Mannahatta’ partió con fines menos agresivos y en busca de beneficios para la ciudad de Nueva York.

Este plan recibe su nombre de unas tierras conocidas como tal, y que el profesor de la universidad de Rutgers, Jason Barr, ha planteado para ‘añadir’ al extremo de la isla de Manhattan y ganar espacio para edificar. Además de conseguir espacio para nuevas viviendas (en total, unos 1.760 acres, más de siete kilómetros cuadrados), se podría combatir de este modo el cambio climático, con recientes eventos que han dañado a la población.

Este apelativo es el nombre indígena de la isla de Nueva York, que una vez concluido el proyecto se extendería hasta el puerto de la ciudad y más allá de la célebre Estatua de la Libertad. Un plan que sigue adelante, después de que Barr lo presentara en un escrito publicado en el New York Times y dirigido al alcalde de la ciudad, Eric Adams.

Solución a dos “crisis”

La expansión, que supondría la incorporación de Governors Island, ayudaría a combatir la amenaza creciente del aumento del nivel del mar. Con ello se protegerían las áreas más vulnerables a este problema, con humedales y marismas en el perímetro para absorber las marejadas. Y, de paso, este nuevo espacio delimitado por los ríos Hudson y East ofrecerían hasta 180.000 nuevas viviendas para acoger a cerca de 247.000 personas.

“El objetivo de New Mannahatta es ayudar a resolver dos crisis importantes en la ciudad de Nueva York. En primer lugar, está el problema siempre inminente de las marejadas ciclónicas y las inundaciones debido al cambio climático. En segundo lugar, Nueva York necesita más viviendas”, asegura Jason Barr. Así, un aumento de la oferta podría ayudar a combatir este problema.

Las repetidas apuestas fallidas por acciones de menor calado llevan a este experto a buscar soluciones de mayor enjundia. “Se necesitan medidas drásticas porque los pequeños pasos no ha demostrado ser adecuados para las tareas que tenemos entre manos. La ciudad no puede solucionar sus problemas con pequeñas cosas. Ha llegado el momento de pensar de forma creativa y audaz”, añade.

La supertormenta Sandy (2012) y el huracán Ida (2021) “demostraron cuán devastadoras pueden ser las marejadas y las inundaciones y, sin embargo, se han tomado pocas medidas en ese frente”, añade Barr.

Un plan viable

Su propuesta no es descabellada, pues como recuerda la isla de Manhattan ya ha sido ampliada en otras ocasiones tras ser colonizada por los europeos en el siglo XVII. “La creación de nuevos terrenos mediante relleno es una tradición centenaria. El Bajo Manhattan, al sur del Ayuntamiento, se ha ampliado en casi un 50 por ciento”, con ampliaciones que ayudaron a crecer a la economía neoyorquina.

Según Barr, económicamente resulta viable debido al alto coste de los inmuebles de la ciudad. Según calcula, la diferencia entre los costes de construcción de los edificios y los valores de venta de las viviendas se podría emplear para la creación del terreno artificial y la infraestructura necesaria para su funcionamiento.

“El Bajo Manhattan es uno de los bienes más valiosos e importantes del mundo, ¿por qué no producir más? Si la ciudad va a gastar miles de millones en muros contra inundaciones y otros proyectos de resiliencia, ¿por qué no intentar también sacar más viviendas de ahí?”, apunta. Desde hace unos años, el Gobierno de Nueva York se debate entre las diferentes opciones para proteger la ciudad del cambio climático. Hace cinco años, el por entonces alcalde Bill de Blasio reveló una propuesta millonaria para rediseñar la costa del Bajo Manhattan.

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