Los bomberos rescatan a una persona obesa mórbida de más de 300 kilos: “He tenido ganas de quitarme la vida”
Un operativo de Cádiz ha logrado con éxito trasladar a José María Fernández, un vecino de 49 años que lucha contra la obesidad y llevaba un año sin poder salir de casa.
España encabeza el ranking europeo de obesidad infantil, con aproximadamente un tercio de los niños y adolescentes afectados por el exceso de peso, determinado por factores como la renta o que haya adultos obesos en la familia. Investigaciones señalan que los índices de obesidad y sobrepeso son mayores en los hombres, tanto adultos como niños, como en el caso de José María, un hombre de 49 años con más de 300 kilos de peso.
A pesar de bajar más de 20 kilos en los últimos meses, lo cierto es que la situación ya comenzaba a ser insostenible a todos los niveles. Por ello, José María ha sido rescatado este jueves por 17 bomberos de Cádiz, tras más de un año confinado en su hogar. Los bomberos le sacaron por la terraza y tuvieron que hacer un agujero, introducido en una grúa y pasado a una ambulancia para trasladarlo hasta el Hospital Puerta del Mar, donde será intervenido en las próximas semanas.
La ‘Operación José María’
El ayuntamiento de San Fernando, junto con la Junta de Andalucía, trabajaron para encontrar una solución de asistencia y traslado para José María. “Los Servicios Sociales me han dicho que no me pueden ayudar más; los médicos del centro de salud solo me recetan medicamentos, pero no pueden hacer nada sobre mi movilidad”, afirmaba José María.
Durante el operativo, José María compartió con los medios su angustiosa experiencia: “Llevo desde mayo de 2023 sin salir de casa... Esto para mí ha sido un calvario y una cárcel”. Su salud se deterioró tras la muerte de su madre hace diez años y la pérdida de una relación de amistad significativa, lo que lo llevó a una profunda depresión e incluso a dos intentos de suicidio.
Además, su condición se ha visto agravada por sufrir elefantiasis en una pierna, que le ha impedido levantarse de la cama desde hace seis meses, sin contar con apoyo familiar y viéndose obligado a comer lo que podía. “Me he puesto una pequeña nevera y una freidora de aire junto a la cama. Como muchos bocadillos”, explicó.
Sin embargo, gracias a la intervención de los bomberos y la atención mediática, José María ahora tiene la esperanza de mejorar su calidad de vida con la cirugía próxima. “Llevo un par de noches sin dormir, pero merece la pena. Ahora tengo que terminar de perder el peso que me queda para poder operarme. Estaba solo... a raíz de la muerte de mi perra, que era mi única compañía, me he visto en un callejón sin salida y hasta he tenido ganas de quitarme la vida. Ha sido desesperante”, compartió emocionado.
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