Los Alpes se están derritiendo pero los aldeanos tienen un motivo valorado en 107 millones de euros para quedarse en la misma zona
Las autoridades suizas dispondrán de más de 500 millones de dólares para reconstruir Blatten, el pueblo alpino destruido por un deslizamiento causado por el deshielo.
Los Alpes se están derritiendo, y los investigadores llevan ya tiempo advirtiendo de lo que supone el cambio climático en las montañas. Suiza se ha calentado el doble que la media mundial.
En mayo de 2025 se produjo el deslizamiento de hielo y rocas enormes que sepultaron casas y granjas en Blatten, un pueblo de 300 habitantes en el cantón de Valais. Las autoridades consiguieron salvar la vida de los ciudadanos, pero los daños materiales fueron incalculables.
Los aldeanos que residen allí no serán desalojados de las zonas afectadas. Esto se debe a que las autoridades suizas del cantón de Valais van a destinar más de 100 millones de francos suizos a la reconstrucción de las aldeas destruidas.
En un artículo de The New York Times se comenta cómo, en esta primera fase, las autoridades locales del cantón de Valais han estimado unos gastos totales de más de 100 millones de dólares, que se cubrirán gracias a fondos públicos.
A estos 100 millones hay que sumarle también unos 400 millones procedentes de indemnizaciones y seguros. Es decir, en total dispondrán de más de 500 millones de dólares para volver a poner en marcha los sistemas de servicios públicos y la construcción de viviendas.
Optimismo en el pueblo
El alcalde del pueblo se muestra optimista con el futuro y está convencido de que el nuevo pueblo será tal y como los residentes desean: “El nuevo Blatten será un Blatten diferente. Los recuerdos se fueron con la gente. Sin duda será un pueblo moderno. Será un pueblo precioso”, declaró el alcalde Matthias Bellwald, según la fuente citada anteriormente.
Todavía no se sabe en qué lugar se ubicará este nuevo pueblo, dado que los expertos están analizando los mapas de riesgo en el valle. Franziska Biner, jefa del departamento de Energía y Finanzas de Valais, ha declarado que “el glaciar sigue moviéndose. El hielo todavía tiene que derretirse”.
Los lugareños están muy afectados por perder sus casas. Lilian Ritler, que trabajaba en la oficina de turismo local, recuerda esa tragedia diciendo: “No solo pierdes tu casa. Pierdes tus calles, tu iglesia y tu infancia”.
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A pesar de esta catástrofe, estas personas se niegan totalmente a irse a otro lado y piensan permanecer en la región. Daniel Ritler, un agricultor que perdió su casa y su granja, dijo: “Nuestro corazón está aquí. Era nuestro paraíso”.
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