Le despiden y se “molesta” tanto por ser echado que su venganza cuesta a la empresa unos 750.000 euros
El joven se enfrenta ahora a una posible condena de diez años en prisión y la multa de 250.000 dólares de multa.
Maxwell Schutz, de 35 años, protagonizó una venganza que le costó varios cientos de miles de euros a su empresa después de que le despidieran. El estadounidense de Ohio formaba parte del departamento de TI (Tecnología de la Informática) en una empresa en Houston, Texas. En mayo de 2021, la compañía decidió dar por finalizado el contrato de Schutz con ellos, pero el joven no iba a quedarse de brazos cruzados.
Hay quienes buscan desesperadamente un trabajo nuevo después de un despido o simplemente se toman un tiempo para descansar. El caso de Schutz no coincide con ninguno de los anteriores. Después de su despido, el joven estadounidense comenzó a idear un plan que le costaría a la empresa un total de 862.000 dólares, el equivalente 744.660 euros aproximadamente.
Según informa The Register, el 14 de mayo, Schutz pirateó el acceso al ordenador de un excompañero de la empresa para poder acceder a la red de la compañía. Una vez dentro, el joven aprovechó para restablecer aproximadamente 2.500 contraseñas, impidiendo el acceso a la red de miles de empleados y contratistas. Después de esta venganza, Schutz intentó borrar sus huellas, pero no lo consiguió.
Diez años de prisión y 250.000 dólares de multa
La Fiscalía estima una pérdida de más de 744.660 euros por parte de la empresa por la indisponibilidad de los empleados, la interrupción del servicio al cliente y los costes relacionados con la reparación de la intrusión. Tras lo ocurrido, se declaró a Schutz culpable de fraude informático el 18 de noviembre de este año.
El acusado alegó durante el juicio que estaba “molesto por su despido”. Ahora se espera la sentencia del juez federal el 30 de enero de 2026 por el que podrían caerle diez años de prisión y una multa de hasta 250.000 dólares por fraude, unos 216.000 euros.
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Otro caso parecido fue el de un exempleado de Disney World en Florida, Estados Unidos, que causó estragos en los menús de los restaurantes modificando la información sobre alérgenos como venganza por su despido. La fiscalía lo condenó a tres años de prisión y al pago de 620.000 dólares, unos 540.000 euros, en concepto de daños y perjuicios a Disney. Además, el culpable tuvo que pagar 70.000 dólares, aproximadamente 60.000 euros a la empresa de software para la que trabajaba.
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