Sociedad

Cada vez más empresas de EEUU están implantando semanas laborales de 72 horas: así funciona el esquema 9-9-6 que en España estaría prohibido

Las start-ups de Silicon Valley adoptan jornadas laborales extremas. De 9 de la mañana a 9 de la noche 6 días a la semana.

Emilio Naranjo
Nació en Zamora en 2004. Es estudiante de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y este es su primer trabajo en el mundo de la comunicación. Llega como becario a Diario AS en 2025, y es parte del equipo de AS América.
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Varias start-ups de inteligencia artificial en San Francisco están adoptando un ritmo laboral extremo conocido como 9-9-6, que implica trabajar de nueve de la mañana a nueve de la noche, seis días a la semana. Aunque esta práctica se originó en China, la cultura del exceso de trabajo de Silicon Valley ha permitido que se instale rápidamente, con empresas que buscan empleados dispuestos a cumplir horarios superiores a las 70 horas semanales.

Aunque todavía es un fenómeno minoritario, Silicon Valley ha sido históricamente un laboratorio de tendencias laborales que luego se extienden globalmente. Conceptos como oficinas abiertas, equipos altamente integrados y la fusión progresiva entre la vida profesional y personal han surgido de la región, y el 9-9-6 podría ser la versión más extrema de esa filosofía.

Productividad ¿infinita?

Algunas start-ups estadounidenses ya han institucionalizado esta cultura. Magnus Müller, de Browser Use, afirma trabajar incluso domingos y noches dentro de su casa hacker, mientras que Kinjal Nandy, de Sonatic, exige presencia física los siete días de la semana, ofreciendo alimentación y alojamiento a su equipo.

El 9-9-6 refleja un patrón de trabajo de alta intensidad que se remonta a décadas atrás en Silicon Valley, según expertos en historia y sociología tecnológica. Aunque legalmente regulado en China, el modelo sigue encontrando terreno fértil en Estados Unidos, adaptando la mentalidad de esfuerzo constante a los desafíos de la industria tecnológica moderna.

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En Europa, el debate sobre la viabilidad del 9-9-6 comienza a surgir, impulsado por la influencia de Silicon Valley y de las voces que lo consideran necesario para empresas extremadamente ambiciosas. Otros advierten sobre sus riesgos, destacando que jornadas excesivas pueden provocar agotamiento, fuga de talento y caída en la productividad.

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