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La práctica que se extiende en EEUU: cenar desnuda para empoderarse

Esta iniciativa es una oportunidad para celebrar nuestro yo más auténtico y conectarnos con nosotros mismos a través de la comida, el arte y el nudismo. Está previsto que llegue a Madrid y Barcelona en agosto.

UnSplash

The Füde Experience. Un concepto desconocido para muchas personas que hace referencia a una iniciativa artística de Charlie Ann Max que consiste en eventos que giran en torno a una actividad (una cena, taller de escultura, meditaciones) con el requisito de que hay que estar completamente desnudos.

Una experiencia liberadora y transformadora cuyo origen se encuentra en Nueva York. Cuestan en torno a 88 dólares (79 euros) y para entrar se necesita cumplimentar un cuestionario, y según las respuestas uno es aceptado o, por el contrario, rechazado.

Previsiones de traerlo a Madrid y Barcelona

Para Ann Max, esta iniciativa es una oportunidad para celebrar nuestro yo más auténtico y conectarnos con nosotros mismos a través de la comida, el arte y el nudismo. Una forma de ampliar su filosofía y conectar a las personas en un espacio seguro y acogedor.

La idea fue de esta modelo estadounidense de 29 años, que comenzó a organizarlos en Los Ángeles y desde hace poco tiempo prepara uno al mes en Nueva York. Ahora bien, tiene planes de traerlos a Madrid y Barcelona para el próximo mes de agosto.

Precio

Según ha revelado la protagonista a El País, los actos dan cabida a 36 personas y las edades de los participantes oscilan entre los 20 y los 55 años. Ella empezó a practicar nudismo como una forma de aceptar su cuerpo y liberarse de la presión de la sociedad por tener un cuerpo perfecto.

Inicialmente, The Füde Experience (un juego de palabras con el que Ann Max homenajea sus raíces judeoalemanas) estaba limitado a mujeres, personas no binarias y queer para garantizar un espacio seguro a quien pudiera sentirse incómodo al desnudarse en presencia de hombres cisgénero.

Crear comunidad

A medida que la experiencia evolucionó, esta modelo compendió que era importante incluir a todas las identidades de género. Sin embargo, los hombres sólo son aceptados si tienen una recomendación directa de alguien que haya asistido a uno de los eventos.

“La libertad que da estar desnudo es también un acto de entrega. Para que los participantes puedan acceder a su ser más puro, la seguridad es mi máxima prioridad”, concluye la creadora de esta iniciativa. Como Ann Max, muchas mujeres consiguen empoderarse al sentirse vulnerables, pero seguras, en este tipo de encuentros.

Una parte de la filosofía de esta experiencia es también la que hay detrás de los gimnasios creados exclusivamente para mujeres para evitar que se sientan intimidadas mientras practican ejercicio. La ventaja es que, además de protección, este tipo de lugares crean comunidad.

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