SOCIEDAD

La anomalía climática de Manaos: polución y aire irrespirable

Los constantes incendios forestales han dado lugar a una de las peores sequías de la región y a la segunda peor calidad de aire del mundo.

Una sequía devastadora ha convertido a la capital amazónica de Manaos en una distopía climática con la segunda peor calidad de aire del mundo y ríos con los niveles más bajos desde hace 121 años. La disminución del caudal del río Amazonas y sus afluentes a mínimos históricos amenaza con paralizar la navegación en Manaos, epicentro comercial de la Amazonía brasileña, y crear así problemas de abastecimiento.

Normalmente, los más de un millón de habitantes de la ciudad gozan de un río de alto caudal durante las estaciones lluviosas, llegando a los 27 o 28 metros de caudal entre mayo o junio, pudiendo incluso inundar algunos barrios del centro de Manaos. En el río se disponen embarcaciones de recreo para los turistas, para la navegación comercial e incluso para trasladarse de una comunidad a otra con total naturalidad. Pero una estación inusualmente seca, motivada este año más por el calentamiento global, amenaza la imagen de la capital y el bienestar de sus residentes.

Diversos especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía (INPA) afirmaron que el río debe bajar aún más, porque las grandes sequías en esta región suelen alargarse hasta finales de octubre y principios de noviembre, según informa Los Angeles Times. Además, los efectos del fenómeno ‘El Niño’ bloquean la formación de nubes y precipitaciones, lo que dificulta combatir la sequía.

Incendios constantes

Manaos, como otras ciudades cercanas, sufre con las altas temperaturas y el denso humo de los numerosos incendios, muchos de ellos causados por el hombre, que aceleran todavía más la deforestación y el desmonte para la ganadería. En este contexto, la sequía provocada es la causa probable del descenso de delfines de río en el lago Teké, cerca de Amazonas, donde normalmente se ven decenas de estos animales disfrutando de una de las mayores fuentes de agua dulce del mundo.

La capital forestal ha quedado envuelta en una neblina marrón turbia que recuerda a China durante su fase más contaminada. El puerto, normalmente vibrante y reluciente, ahora destaca por sus marismas secas y llenas de basura.

Según informa The Guardian, hay tantos incendios en el bosque de yesca circundante que los monitores de calidad del aire registraron la semana pasada 387 microgramos de contaminación por metro cúbico. La única ciudad del mundo que obtuvo peores resultados fue un centro industrial de Tailandia.

Comercio fluvial paralizado

A lo largo de la Amazonía brasileña, el bajo nivel de los ríos ha dejado aisladas a cientos de comunidades ribereñas que tienen problemas para acceder a agua potable. La sequía también ha afectado la navegación comercial que abastece a Manaos, una ciudad que al fin y al cabo tiene más de dos millones de habitantes que necesitan ser abastecidos.

No hay condiciones para operar navíos de más de siete metros de calado y estamos rechazando nuevos pedidos de transporte”, explica a EFE el vicepresidente de la asociación, Luis Resano. En circunstancias normales, entre 20 y 25 grandes barcos llegan cada mes desde otros puertos brasileños a Manaos, desde donde también se envía gran parte de mercancías a través del Amazonas.

En medio de una de las peores sequías que se recuerdan en la región, los viajes de ocho grandes navíos cargueros con origen o destino en el puerto de Manaos han sido cancelados en la última semana porque no es seguro navegar con tan poca agua, según fuentes del sector.

Vamos a quedar desabastecidos de alimentos y tampoco vamos a poder enviar los productos acabados”, apunta el empresario Antônio Silva, presidente de la Federación de las Industrias del Estado del Amazonas.

Vista al futuro

El Gobierno ha prometido destinar 138 millones de reales (unos 25,5 millones de euros) en trabajos inmediatos de drenaje de los ríos Madeira y Amazonas para mejorar la navegación. Además, los suministros más urgentes están siendo transportados por medio de balsas de menor tamaño que tienen menor capacidad y tardan más en llegar.

No obstante, en los últimos días se han producido breves períodos de lluvia en la parte superior del río que han generado esperanzas de que la temporada seca esté llegando a su fin, pero los meteorólogos dicen que es demasiado pronto para predecirlo con confianza. Sin embargo, las tendencias climáticas hacen casi seguro que esta sequía no será un récord por mucho tiempo.

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