Este es uno de los aeropuertos más pequeños de Europa: solo tres vuelos diarios pero sin colas para embarcar

El ajetreo constante del ir y venir de cientos de personas es algo que no observa en este aeropuerto. Grupos que esperan en la puerta de embarque para viajar fuera del país o que esperan a que sus seres queridos aterricen para poder abrazarles es una realidad completamente diferente a lo que se vive en el aeropuerto de Ostrava, en la República Checa. Linna, creadora de contenidos en redes sociales sobre aviones, muestra cómo es un día en el aeropuerto de Ostrava en uno de sus vídeos de TikTok.

Según explica la creadora de contenidos en su cuenta, el aeropuerto de Ostrava es uno de los más pequeños de todo el continente europeo. Durante la mayor pare del año, sus pistas están básicamente vacías, salvo por dos o tres vuelos diarios. En el vídeo subido a redes sociales, Linna muestra asientos vacíos y un silencio casi sepulcral en todo el área.

Otra característica que sorprende del aeropuerto de Ostrava son las puertas de embarque vacías, sin las largas colas que se forman para poder entrar al avión. Linna, en un momento del vídeo, muestra cómo en ese día solo había un único vuelo disponible: de República Checa a Londres. Según explica la creadora de contenidos, los vuelos más recurrentes en este aeropuerto están conectados con Londres y durante la temporada más baja de los meses de octubre y abril suele estar completamente vacío.

EL ”Corazón de Hierro”

A tan solo media hora en coche del aeropuerto se encuentra la ciudad que da nombre al área de aviación: Ostrava. Una ciudad conocida por su arquitectura, sus lugares históricos y su patrimonio industrial. Según informa el medio británico Express, uno de los centros turísticos más famosos es el Dolní Vitkovice, un punto de interés histórico que fue en sus días de esplendor uno de los mayores centros de producción de carbón y hierro de Europa.

En la actualidad se le conoce como un espacio de patrimonio cultural que muestra una de las arquitecturas industriales más impresionantes del siglo XIX. El “Corazón de Hierro” de la República Checa se ha convertido después de 162 activo, en un Monumento Nacional con hornos, hornos de coque y edificios de ladrillos que esconden a día de hoy museos y espacios de arte.

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