SOCIEDAD

Estado de preemergencia en Barcelona: zonas afectadas, medidas y restricciones por la sequía en Catalunya

El Govern catalán anuncia restricciones en el uso del agua en un área que afecta a más de cinco millones de habitantes. Puede entrar en vigor la próxima semana.

Lorena SopênaEuropa Press

Las escasas lluvias de los últimos años están a punto de provocar un escenario de restricciones para gran parte de Cataluña. Tras casi tres años de sequía, con unas cuencas hidrográficas internas en una situación delicada (al 18,85% de su capacidad), Barcelona y su área de influencia entran en fase de preemergencia. Una situación a la que se llega, también, ante la falta de precipitaciones a medio plazo.

David Mascort, consejero de Acción Climática, ha sido el encargado de poner sobre la mesa las medidas en una comparecencia. Es una medida con la que concienciar a los vecinos antes de, llegado el caso, poner restricciones más fuertes, que podrían afectar a 202 municipios: en total, más de cinco millones de habitantes del área metropolitana de Barcelona, y algunas de Girona (Cataluña ronda los ocho millones de habitantes en su totalidad).

Las medidas entrarán en vigor a partir de la próxima semana, una vez que las medidas sean publicadas en el Diario Oficial de la Generalitat, y afectarán a las poblaciones que se abastecen del sistema Ter-Llobegrat. “Nos ponemos en modo emergencia. Todos tenemos que hacer un esfuerzo extra para administrar bien los recursos de los que disponemos”, ha anunciado el consejero. En caso de seguir con la actual dinámica, la fase de emergencia podría entrar a finales de diciembre.

Restricciones al uso de agua

La situación, según ha explicado el consejero de Acción Climática, es la “más grave” desde que hay registros meteorológicos en la región, algo más de un siglo. La comunidad suma ya 36 meses con lluvias por debajo de la media. Se trata del doble de tiempo que en la anterior crisis hídrica, hace 15 años, cuando se sucedieron 18 meses con unas precipitaciones por debajo de la media.

Entre las restricciones anunciadas este martes destaca la limitación del consumo de agua por persona de 230 a 210 litros. Lo que se mantiene, de momento, son los límites marcados para los usos en agricultura (40%), ganadería (30%) e industria (15%). Respecto a los usos urbanos se endurecen las prohibiciones, como el riego de zonas verdes o los jardines públicos y privados.

Una medida que encuentra la excepción en los campos donde se realicen actividades deportivas federadas, donde de los 450 metros cúbicos por hectárea al mes se pasará a los 200. “Durante la pandemia se evidenció la importancia de la práctica de deportes para la salud mental de los jóvenes”, ha argumentado Mascort. Lo que estará permitido serán los riegos de supervivencia de árboles, entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana mediante el sistema de gota agota o con regadera. Se prohibirá también la limpieza con agua potable de vehículos y calles, así como el llenado de piscinas privadas y fuentes ornamentales.

Sobre la reducción de la presión del agua también se ha pronunciado Mascort, en una medida que serviría de alternativa a los cortes parciales del suministro. La medida ya está siendo probada por Aigües de Barcelona, encargada de la distribución en el área metropolitana de Barcelona. Con ello podría reducirse el consumo entre un 2% y un 8%, aunque se trata de una medida que “tiene que ser muy quirúrgica en función de la orografía del municipio o de la tipología de las viviendas”.

Posible llegada de agua en barcos

Desde el Govern catalán se plantea la posibilidad de traer agua en barcos, una medida tomada ya en la crisis de 2008. Así lo reconocía en una entrevista Pere Aragonès, presidente de la Generalitat. “Es obligación de un Gobierno, ante una sequía tan intensa y prolongada, prever todas las opciones. Estamos preparados por si hay que traer agua en barcos y, si es necesario, lo haremos”.

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