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España se enfrenta a un nuevo desafío de ingeniería de alta montaña: 55 millones de euros para sustituir un viaducto “enfermo”

La sustitución del viaducto de Tremor, en la A-6 se prolongará tres años.

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El Ministerio de Transportes ha puesto en marcha el proceso para sustituir el viaducto de Tremor, en la A-6, tras confirmar los estudios técnicos que la infraestructura sufre una “falta de fiabilidad estructural” similar a la que provocó el colapso del puente de O Castro en 2022. Se construirá un nuevo viaducto desde el que se realizará posteriormente la demolición del actual.

Los análisis realizados por los técnicos detectan corrosión avanzada en los grandes cables metálicos que cosen las dovelas prefabricadas del tablero, así como una durabilidad limitada del hormigón interior de los cajones. Estas patologías comprometen la integridad del viaducto a medio e incluso corto plazo.

No obstante, los informes garantizan que la estructura puede seguir soportando la circulación habitual (con restricciones a vehículos pesados) durante los casi tres años que se estima que durarán las obras. Una monitorización continua mediante sensores permitirá anticipar cualquier deterioro acelerado y activar desvíos si fuese necesario.

La construcción del nuevo viaducto

La principal particularidad del proyecto es que el nuevo viaducto se construirá prácticamente en paralelo al existente, a una distancia mínima calculada para permitir usar una de sus calzadas como plataforma de trabajo en la futura demolición del viejo puente.

El diseño establece que, una vez puesta en servicio la nueva estructura, una de sus calzadas se reservará temporalmente para el desmontaje del viaducto deteriorado, que apenas supera los 25 años de vida útil. Esta proximidad, reconocen los técnicos, es “clave” para garantizar una retirada segura y controlada.

Ministerio de Transportes

La nueva estructura tendrá 480 metros, once más que la actual, y pilas dobles que alcanzarán los 85,5 metros de altura. El presupuesto base asciende a 55 millones de euros y la ejecución se prolongará 34 meses.

El coste se suma a los 70 millones ya invertidos en la reconstrucción de O Castro y a la futura factura del desmontaje del viaducto viejo, un importe aún no cuantificado.

Sin desvíos obligatorios

La alternativa elegida permite mantener la circulación en la A-6 sin necesidad de desviar el tráfico a la vieja N-6, una carretera de curvas pronunciadas que podría saturarse fácilmente debido al elevado tránsito de la autovía.

Además, el nuevo viaducto estará “vacunado” frente a las patologías que afectaron al actual. Tomando como referencia la experiencia en O Castro, se optará por un tablero continuo hiperestático, con menos juntas y un hormigón de mayor durabilidad que soporte mejor la acción corrosiva de las sales empleadas en la vialidad invernal.

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