SOCIEDAD

El relato de Sharael Kolberg, la escritora que pudo ir en el Titan: “Se suponía que yo estaba en el sumergible”

Esta mujer envió un correo a OceanGate en el que solicitó a la compañía ir a bordo del submarino para cubrir la expedición hacia el Titanic.

OCEANGATE EXPEDITIONSvia REUTERS

Este domingo se cumplieron dos semanas de la desaparición del sumergible Titán, que sufrió una implosión a más de 3.000 metros de profundidad en el Océano. A bordo de la embarcación iban cinco personas, en concreto, el CEO de la empresa, Stockton Rush, Hamish Harding, Paul Henry Nargeolet, Shazada Dawood y su hijo Suleman.

Todos ellos murieron como consecuencia de la implosión del submarino. Tras su muerte, muchos han sido los relatos de diferentes personas que pudieron ir a bordo pero que, por diferentes razones, finalmente declinaron la opción de viajar a bordo. Otros, en cambio, no acudieron por diferencias con los representantes de OceanGate. Este fue el caso de la escritora Sharael Kolberg, quien se puso en contacto con la empresa para viajar a bordo y cubrir la expedición que se dirigía hacia el Titanic.

“Como escritora de viajes de aventuras, envié un correo electrónico de inmediato a OceanGate para ver si podía conseguir un asiento en el sumergible Titán”, dijo en declaraciones recogidas por el medio Newsweek, tras recibir un correo electrónico en el que se ofrecía cubrir el ecosistema del océano profundo y su impacto en el planeta. Finalmente, la empresa dio el visto bueno a su petición y que sería la primera periodista en ir a bordo del sumergible.

Un viaje que le hubiese costado 5.000 dólares (4.580 euros), un precio para cubrir los gastos de “cama y comida”. “Por regla general, para las asignaciones de trabajo, nunca pago más de lo que gano”, expresó Kolberg, que aun así aceptó la propuesta de OceanGate. Sin embargo, hubo un aspecto que echó para atrás todo el proceso y por el que, finalmente, la escritora no se sumergió en el Titan.

Fue la falta de patrocinios y subvenciones por parte de empresas y organizaciones con las que estableció contacto lo que dejó sin viaje hacia el fondo del océano a la escritora. “Traté de convencer al representante de relaciones públicas de OceanGate de que la cantidad de cobertura que obtendría superaría con creces el precio que habrían pagado en publicidad por una publicidad similar. Decidieron ceder mi asiento a un cliente que paga”, manifestó al mencionado diario.

El correo electrónico que asustó a Kolberg

El pasado 19 de junio la escritora recibió este correo electrónico. “Lamento mucho leer esta mañana sobre la desaparición de un sumergible, solo quería registrarme brevemente y confirmar que estás bien”. Un email que recibió de un editor de la revista Scientific American que trabajó con Kolberg. Así recordó cómo recibió la noticia que confirmaba la muerte de los cinco tripulantes del sumergible.

“Cuando se hizo el anuncio en la televisión en vivo, mi esposo comenzó a llorar y me abrazó con fuerza. Mi corazón se hundió por las familias de los miembros de la tripulación. No puedo imaginar cómo hubiera sido para mi familia si hubiera estado en el Titán ¿Por qué no fui yo? (...) Debe haber una razón por la que estoy aquí”.

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