SOCIEDAD

El pueblo medieval de Cantabria que se ha vuelto viral por su árbol de Navidad

El “árbol” de Cartes, de la comarca de Besaya, mide 65 metros de alto y pesa 40 toneladas. Para su fabricación se han empleado 24.000 metros de LED blanco y ha costado 15.000 euros.

EFE

Hay ciertas frases que, sin saberse muy bien por qué, han aparecido en diversas conversaciones que uno ha tenido a lo largo de su vida. No son refranes ni dichos, son más bien pequeñas curiosidades que nadie comprueba si son ciertas y que, por pura insistencia, uno repitiéndolas un día en una comida familiar con la misma falsa seguridad con la que las ha escuchado. Una de ellas es la de: “antiguamente una ardilla podía recorrer la Península de árbol en árbol”. Todo aquel que haya estado en Andalucía o Castilla la Mancha es consciente de cómo de lejos estamos hoy en día de cumplir con esta realidad, aunque a este paso quizás la afirmación vuelva a ser cierta, pero únicamente en diciembre.

Marketing comarcal

La fiebre turística ha provocado que cada pueblo español tenga la necesidad de publicitarse, de darse a conocer, de tener eso “15 minutos de fama” que decía Warhol. Es por ello que es raro visitar un municipio que de la noche a la mañana no se haya convertido en la capital de algo, en el pueblo con el mejor, con el mayor, con el más viejo, con el único... El marketing, que nació en algún rascacielos estadounidense, ahora es capaz de llegar hasta la aldea más remota.

Cartes, récord europeo

Cartes, un pueblo de 6.000 habitantes de la comarca de Besaya, ha sido el último en unirse a la nueva moda de los Récords Guinness navideños al construir un “árbol” de 65 metros de altura, convirtiéndose así en el más alto de toda Europa (el reportero desconoce quién se encarga y dónde se recopila este tipo de información). La iniciativa parece estar atrayendo a “un gran número de visitantes”, según el alcalde de la localidad, Agustín Molleda, que ha asegurado que la instalación del luminoso armatoste solo les ha costado 15.000 euros, menos de lo que esperan recaudar con las visitas.

Cuarenta toneladas de metal

El “árbol” en cuestión no se asemeja demasiado a sus parientes leñosos, ya que la estructura está hecha únicamente de metal (40 toneladas en total) recubiertas de 24.000 metros de led blanco. La estrella que corona la estructura se puede ver desde la costa cántabra, esperemos que ningún marinero despistado siga las luces de este faro navideño. El alcalde ya ha confirmado que el año que viene “volverán a por la segunda estrella” y no se descarta que esta segunda vez el armazón, que ha sido diseñado por el arquitecto local Adrián Gómez, llegue hasta los cien metros de altura.

Distopía navideña

Uno no puede más que preguntarse si esta necesidad de batir récords que parece haberse adueñado del tranquilo espíritu navideño llegará algún día a su final o si, por el contrario, el año que viene el pueblo vecino de Cartes decida responder con un árbol de 130 metros, mientras que una aldea de Guadalajara decida hacer el más ancho y en Vigo la iluminación pública comience a ser con antorchas para así poder alimentar al sagrado árbol. Así empezaría la lucha entre comarcas por tener el árbol que acumule más metros, más luces, más toneladas y quizás dentro de un par de décadas en diciembre un electricista podrá cruzar España saltando de estructura metálica iluminada en estructura metálica iluminada sin necesidad de poner un pie en la tierra. Por si algún pueblo no se ve capaz de igualar tales gestas y teme que así su Navidad pierde importancia, siempre se puede tirar por el otro lado y construir el árbol de Navidad más diminuto, o el que menos ilumina.

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