El nuevo radar que la DGT ha puesto en una de las zonas más turísticas de España

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha instalado desde hace unas semanas un nuevo radar en la carretera CV-905 de Torrevieja. Es un radar fijo bidireccional, que sanciona si se sobrepasan los 50 kilómetros hora. No obstante, este no estará operativo hasta bien entrado septiembre.

Concretamente, se encuentra en el kilómetro siete de esta carretera, que presenta dos carriles por cada sentido de la marcha. El tramo se sitúa entre las urbanizaciones de La Siesta y San Luis, las cuales son uno de los principales accesos a Torrevieja, por donde pasan unos 30.000 coches al día.

No estará operativo hasta finales de septiembre

Se prevé que este tipo de radares se certifiquen y calibren en la primera quincena de septiembre, con el objetivo de que comiencen a funcionar a finales de mes. Igualmente, ya hay señales que avisan de la existencia de este artefacto a ambos márgenes de la carretera, unos metros antes de dicho radar.

Este radar, denominado más concretamente cinemómetro, funciona a través de energía fotovoltaica. Por ello, cuenta con placas solares, tiene una altura de dos metros y medio y se encuentra dentro de una cabina ‘antivandálica’ con un sistema de videovigilancia.

El funcionamiento es sencillo: se trata de uno llamado ‘efecto doppler’. Este envía de manera recurrente una señal de microondas que se recibe desviada en frecuencia respecto a la enviada originalmente. También tiene un equipo fotográfico que identifica coches que circulan hasta a 250 kilómetros por hora, haciendo una captura panorámica que permite la identificación del vehículo.

El coste de estos radares es más de 45.000 euros

Este tipo de radares tienen un coste de aproximadamente 45.000 euros, a lo que se le añade un mantenimiento anual de otros más de 6.000. Estos datos se enmarcan dentro de la información pública que expone la instalación de otros más de 60 de estos equipos en la zona del litoral mediterráneo, con una inversión de más de 2 millones de euros.

En un estudio realizado por la Subdirección de Movilidad de la DGT, se trata de un tramo de gran siniestralidad debido al exceso de velocidad, pues en los últimos cinco años se han producido 47 accidentes. Por ello, ya se limitó en 2018 la velocidad a 50 kilómetros hora, no solo para mejorar la seguridad, sino también para reducir la contaminación acústica en esta zona residencial.

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