SOCIEDAD

El motivo por el que ponen agua antes del café: “Es símbolo de traidores”

El vaso de agua que acompaña al café tiene un origen histórico que va más allá de la higiene y se convierte en un símbolo cultural que revela costumbres y tradiciones antiguas.

Si eres de los que romantiza sus mañanas con una taza de café caliente, probablemente te has encontrado con un detalle curioso en algunas cafeterías: pides un espresso y, junto a tu taza, aparece un pequeño vaso de agua. Aunque hoy en día esto pueda parecer un simple acompañamiento, su origen está lleno de historia y simbolismo, mucho más allá de lo que imaginamos.

Una cuestión de calidad e higiene

En tiempos pasados, la calidad del agua no era algo que se pudiera dar por sentado. En muchas ciudades, el agua estaba contaminada, lo que hacía necesario hervirla antes de consumirla. Cuando las primeras tuberías de agua potable llegaron a las grandes urbes, las cafeterías que disponían de este suministro lo mostraban con orgullo sirviendo un vaso de agua junto con el café.

Esta simple acción aseguraba a los clientes que el agua utilizada para preparar su bebida era segura y no contenía patógenos. Aunque hoy en día el agua potable es una norma, la tradición de acompañar el café con un vaso de agua sigue presente, recordando aquellos tiempos en los que este gesto era sinónimo de calidad.

El café y los traidores

Sin embargo, no toda la historia del vaso de agua está ligada a la higiene. En la tradición árabe, servir un vaso de agua junto al café tenía un significado mucho más profundo. En los desiertos, el agua se servía primero para saciar la sed y limpiar el paladar, antes de disfrutar del café. El orden era crucial: primero el agua, luego el café.

Este simple ritual se convirtió en un identificador cultural. Los extranjeros, especialmente espías europeos, desconocían la costumbre y solían beber primero el café y después el agua, sin saber que con ello se delataban. Los locales, al observar este pequeño error, podían identificar fácilmente a quienes no pertenecían a su comunidad, lo que hizo que, en ciertos contextos, tomar el café antes del agua se asociara con los traidores. “Símbolo de traidores”, decían.

Más allá de las antiguas costumbres y simbolismos, el vaso de agua tiene hoy en día una función más práctica: limpiar el paladar. Al beber agua antes de tu espresso, neutralizas las papilas gustativas, lo que te permite apreciar los matices del café con mayor claridad. Así que, la próxima vez que te sirvan agua junto a tu café, recuerda que no es solo una cortesía, sino un legado cultural y una forma de mejorar tu experiencia de café… ¡y de no ser confundido con un traidor!

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