SOCIEDAD

El motivo por el que los vuelos de ida no duran lo mismo que el de vuelta

Las corrientes de aire y los factores atmosféricos pueden hacer que cambie la duración de los vuelos en ambas direcciones.

Para la mayoría de los viajeros, una de las mayores curiosidades a la hora de realizar trayectos en avión, es la diferencia de duración en el vuelo de ida y en el de vuelta, es decir porque en una dirección se tarda más tiempo pese a que la distancia es la misma. Este caso en vuelos de corta distancia no es tan visible, pero por ejemplo en un trayecto de Londres a Nueva York se tarda más que en el trayecto de Nueva York a Londres. Pues bien, esto se explica atendiendo a las leyes de la física y los distintos fenómenos atmosféricos que influyen en un vuelo de larga distancia.

Contrario a lo que muchas personas podrían llegar a pensar, este fenómeno no se produce a razón del movimiento de la Tierra, sino que se produce a raíz de un flujo de aire que se mueve a gran velocidad en la atmósfera, denominada “corriente en chorro”. Este flujo de aire es el responsable de que tarde más o menos la duración de un vuelo que en la dirección opuesta.

Corriente en chorro

La Atmósfera terrestre se encuentra en constante movimiento y a alturas de 10.000 metros, que son las alturas a las que vuelta un avión comercial, se encuentran las corrientes de aire más rápidas de todo el planeta. Estos flujos de aire pueden llegar a alcanzar los 300 km/h y son las culpables de los cambios en la meteorología global.

Las corrientes en chorro se forman por las diferencias de temperaturas existentes entre las zonas ecuatoriales y polares, debido a que las temperaturas cálidas de las zonas cercanas se eleva, mientras que las temperaturas más frías de las zonas más alejadas desciende, creando así lo que se denomina como un gradiente de temperatura. Este contraste genera masas de viento que circulan a gran velocidad formando las corrientes en chorro. Estas corrientes de aire se mueven siempre de oeste a este, dada la rotación de la Tierra.

Si ponemos un ejemplo desde España, un vuelo de ida hacia América tardará más que el vuelo de regreso. Sin embargo, si nos dirigimos hacia Asia por ejemplo, el vuelo de ida será más corto que el de vuelta a nuestro país.

Todo este proceso quiere decir, que cuando un vuelo realiza su trayectoria en dirección este se beneficia de esta corriente de aire lo que hace que la duración del vuelo se más breve y a la vez más plácida. En sentido contrario, los vuelos que realizan la trayectoria en dirección oeste tienen que enfrentarse a esta corriente en chorro, que hace que aumente el tiempo de vuelo, a la vez que el consumo de combustible. Por ejemplo, en el caso de los vuelos trasatlánticos, la corriente en chorro normalmente beneficia al vuelo, dado que al introducirse en una corriente de aire favorable, reduce el tiempo de duración y el gasto de combustible.

Turbulencias y seguridad en el vuelo

Las corrientes en chorro también afectan a la calidad del vuelo, en lo que a turbulencias en el aire se refiere. Estas turbulencias se producen cuando dos masas de aire con distinta temperatura y velocidad se encuentran, creando así inestabilidad en la atmósfera terrestre. Sin embargo, pese que normalmente las turbulencias pueden generar cierta incertidumbre en los pasajeros, muy inusualmente suponen un riesgo para la seguridad del vuelo.

Cuando se produce un tramo de turbulencias mientras se está efectuando el vuelo, se enciende un foco luminoso en la parte superior del asiento con la que los pasajeros pueden percatarse de que tienen que ponerse el cinturón de seguridad para evitar cualquier contratiempo. Además, las aeronaves están preparadas para resistir cualquier problema meteorológico, así como los propios pilotos para manejar adecuadamente la situación.

Organización del espacio aéreo

Otro aspecto que es necesario tener en cuenta en cuanto a la duración de los trayectos en avión, es la propia organización del vuelo, debido a que normalmente los aviones nos siguen un recorrido recto entre dos puntos, sino que deben seguir rutas establecidas dependiendo de varios factores. En rutas muy congestionadas como Europa o Estado Unidos, lo normal es que los aviones cojan distintas rutas para llegar al destino asignado, para así evitar encontrarse con más aviones y respetar el tráfico aéreo.

En ocasiones, las compañías pueden cambiar la ruta del vuelo con el fin de evitar condiciones meteorológicas adversas o conflictos visibles, lo que hace que se aumente aún más el tiempo de vuelo. Sin embargo, pese a todos los inconvenientes que pueden ocurrir estando en el aire, las compañías intentan reducir al máximo el tiempo de vuelo, para que sea más plácido para los pasajeros y al mismo tiempo, óptimo para la compañía en ahorro de combustible.

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