El megapuente de 55 kilómetros que conecta tres ciudades y tiene un tramo submarino

El mundo de la ingeniería y la construcción está llena de grandes ejemplos de obras que escapan a la lógica y que fascinan a propios y extraños. Desde el puente más largo del mundo, que conecta las ciudades chinas de Nankín y Shanghái gracias a sus más de 160 kilómetros de largo, hasta el túnel submarino más largo del mundo (en construcción a día de hoy), que unirá Dinamarca y Alemania.

Dentro de estas megaconstrucciones, destaca una que conecta tres ciudades en Asia: se trata del puente Hong Kong-Zhuhai-Macao (HZM). Inaugurado en el año 2018, tiene una longitud de 55 kilómetros, para su construcción fue necesaria una inversión de más de 18.000 millones de euros y, lo que llama más la atención, es que una parte del mismo se desarrolla bajo el océano gracias a un túnel submarino de 6,7 kilómetros.

Para su construcción, además de importante desembolso económico, se tuvieron que salvar también diferentes desafíos naturales. Se encuentra en la región del delta del río Perla, al sur de China, una zona conocida por unas duras condiciones climáticas y por una intensa actividad sísmica. Todo un reto a la altura de la construcción que se había proyectado, coronado con un túnel submarino que permite no interrumpir el intenso tráfico marino de la zona.

Dos islas artificiales

El acceso y la salida del tramo que discurre bajo el agua se lleva a cabo a través de dos islas artificiales, que fueron creadas con el fin de hacer realidad el proyecto. Ambas islas, junto con el túnel, son parte importante del puente, puesto que permiten que el tráfico marítimo y por carretera no sean interrumpidos en ningún momento.

Desde el momento de su construcción, la movilidad en la región del delta de este río se ha visto mejorada en gran medida. Porque, tal y como explica elEconomista, el trayecto entre las ciudades de Hong Kong, Macao y Zhuhai ha pasado de unas tres horas a apenas treinta minutos, en el mejor de los casos.

Su construcción se inició en el año 2009, dando por finalizadas las obras ocho años más tarde (2017), si bien no fue inaugurado hasta el mes de octubre de 2018. Para la construcción de la sección submarina, a la que se entra a través de las islas, se hizo una regularización de lecho marino, donde se fueron dejando las secciones de hormigón armado.

Se estiman que la vida útil del puente será de, al menos, 120 años, si bien desde la empresa que lo gestiona aseguran que comenzaría a ser rentable en 30 años, tras un importante desembolso económico. Esta fue la principal polémica respecto a su construcción, pues el presupuesto final fue un cuarto más de lo pensado inicialmente.

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