El hombre más alto del mundo

Probablemente, hayas oído hablar de los Guinness World Records, esa colección de récords mundiales que documentan logros extraordinarios que se publica anualmente en un libro. Sultan Kösen aparece en ese libro, pues, entre algún otro récord, ostenta el de ser el hombre vivo más alto del mundo, con 246,5 centímetros de estatura cuando se hizo con el récord, allá por 2009.

Sultan es el primer hombre en sobrepasar los 243 centímetros de altura en más de dos décadas, pues Guinness World Records solo reconoce diez casos de hombres superando esta medida en toda la historia.

El turco, como ya se ha mencionado, tiene el récord desde 2009, pero lo llamativo es que, dos años después, en 2011 (Sultan tenía 26 años), fue medido y había crecido hasta los 2 metros y 51 centímetros de altura. Algo tremendo.

La vida del hombre más alto del mundo

Sulta Kösen nació en Turquía el 10 de diciembre de 1982, y vivió sus primeros años como un niño normal, hasta llegar a la edad de 10 años. Fue entonces cuando su cuerpo empezó a crecer de manera escandalosa.

Esto es aún más llamativo si tenemos en cuenta que los padres de Sultan y sus cuatro hermanos no superan una estatura promedio, puesto que la altura del turco se debe a una condición llamada “gigantismo pituitario”, que, si la resumimos mucho, es la sobreproducción de la hormona del crecimiento.

Dicha hormona se libera desde la glándula pituitaria en el cerebro, y cuando se sobre produce, a veces por un tumor en la glándula, lleva a un crecimiento anormalmente rápido y excesivo, especialmente en la infancia o adolescencia, cuando los huesos aún están en desarrollo. Los síntomas incluyen manos y pies grandes, engrosamiento de los huesos, y articulaciones dolorosas, entre otros problemas físicos. Si no se trata, el gigantismo puede causar complicaciones graves debido al crecimiento descontrolado del cuerpo.

De hecho, su cuerpo le ha dado más récords. Ostenta el récord de las manos más grandes del mundo (28,5 centímetros desde la muñeca hasta la punta del dedo medio) y llegó a tener en su poder el récord de los pies más grandes del mundo (pie izquierdo de 36,5 centímetros y pie derecho de 35,5 centímetros) Sultan soñaba con aparecer en el libro, y este sueño se ha cumplido.

El gigantesco cuerpo de Sultan tiene sus muchas desventajas, pues no pudo terminar su ciclo educativo y empezó a trabajar de agricultor para ayudar a su familia. Además, encontrar ropa de su talla le cuesta un mundo, al igual que entrar en vehículos de tamaño promedio.

Llegó a declarar lo siguiente: “También me gustaría tener la oportunidad de encontrar ropa decente, que me quede bien! Ya hice un traje para mí y al menos un sueño se hizo realidad: ahora tengo un par de jeans hechos a la medida para mí”. Pero el turco encuentra también muchas ventajas en su altura, sobre todo respecto a ayudar en casa, como cambiando bombillas o colgando cortinas.

Y estarás pensando, ¿cómo no juega al baloncesto? Bueno, lo cierto es que Sultan lo intentó, ya que, siendo un adolescente, firmó por el Galatasaray, uno de los equipos más potentes de Turquía. Lamentablemente, a veces ser muy alto incluso te perjudica en el baloncesto, puesto que sufres en ciertos aspectos del juego. Esto le paso a Sultan, que dejó de practicar el deporte, aunque sigue siendo un gran aficionado.

La fama que ganó Sultan desde que obtuvo el récord le cambió la vida, pues en agosto del año 2010 fue operado de manera gratuita para detener su crecimiento exponencial, salvando así la vida del hombre. La cirugía que se le practicó a Sultan fue la revolucionaria “gamma- knife”, ofrecida por la Universidad de Virginia, EE. UU.

Sultan, todo un galán

Otro de los problemas que ha tenido Sultan a lo largo de su vida es a la hora de interactuar socialmente, ya fuera con amistades o a la hora de encontrar pareja. En septiembre de 2009, en su llegada a Londrés, afirmaba lo siguiente: “Es muy difícil encontrar una novia. Por lo general me tienen miedo. Espero que ahora que soy famoso pueda conocer muchas chicas. Sueño con casarme algún día”.

Este sueño también se le hizo realidad, pues en octubre de 2013 así lo hizo. Sultan y Merve Dibo, quienes se conocieron a través de un amigo y se casaron dos meses después de que Merve viajara desde Hasaki, Siria, a Dede Köy en Turquía, celebraron su boda con una fiesta que reunió a más de 1,500 invitados, incluyendo un representante de Guinness World Records. Tras la ceremonia, la pareja regresó a su casa especialmente diseñada en Dede Köy, donde planean formar una familia en el futuro.

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