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El experto Miquel Bastons, sobre la ‘entrevista’ a Schumacher: “No fue ética, hay que regular la IA”

El profesor de Ética en UIC Barcelona, atiende a AS para dialogar sobre el impacto que ha supuesto la inteligencia artificial y el reto que supone para diversos sectores profesionales.

INES MOLINA

La inteligencia artificial es la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear. Su puesta en práctica se ha llevado a cabo en diferentes ámbitos, y su evolución en los últimos años gracias a los avances tecnológicos, forman parte de una transformación digital de la sociedad inevitable.

Sin embargo, en los últimos meses han surgido diferentes polémicas sobre su uso inadecuado. La última de ellas, una falsa entrevista realizada por la revista alemana ‘Die Aktuelle’ al heptacampeón mundial de Fórmula 1, Michael Schumacher, con respuestas generadas por la inteligencia artificial. Un experimento que generó una enorme polémica en redes sociales sobre los límites éticos, humanos y periodísticos que pudieron verse vulnerados con la realización de la misma.

Para hablar sobre este asunto, así como los principales retos a los que se enfrenta la ética en la Inteligencia Artificial, el doctor en Ética en la Universitat Internacional de Catalunya, Miquel Bastons, atiende la llamada de AS. Doctor en Filosofía y en Dirección de Empresas, su investigación y sus publicaciones se centran en la ética en la toma de decisiones en las organizaciones. En esta entrevista, también se pronuncia sobre el impacto de la IA en diferentes sectores profesionales.

- ¿Qué dilema moral plantea la inteligencia artificial con experimentos como la falsa entrevista a Michael Schumacher?

- La inteligencia artificial, como toda tecnología, es una herramienta potentísima de cálculo que refuerza muchas actividades del ser humano, pero en sí misma no es buena ni es mala. Lo que es bueno o es malo es su uso, que se puede usar de un modo correcto o incorrecto, y eso lo hacen los usuarios y los programadores.

En este sentido, me parece que es necesario establecer unas normas o regulaciones para proteger derechos de las personas, hay muchas incógnitas en torno a la IA como protección de datos, de la intimidad, etcétera. Lo que hay que hacer es regularla para garantizar que se haga un uso correcto.

Sucede un poco como con los coches. Podemos tener un vehículo que nos permite movernos con gran rapidez, pero para poder utilizarlos debemos establecer normas de circulación, porque sino, nos estrellamos. Lo mismo sucede con la inteligencia artificial, hay que establecer unas normas y regulaciones básicamente para garantizar el respeto de derechos y de ciertos valores de tipo moral.

- ¿Hubiese permitido la realización de esta entrevista?

- No. No lo hubiera permitido porque hay aspectos éticos y derechos que se ven afectados, entre ellos, el derecho a la propia imagen, el derecho a la intimidad o el derecho a la veracidad, entre otros. Desde un punto de vista ético no hubiera considerado correcto eso, porque perjudica a la personas, le daña en su imagen y no protege los datos.

- También se han visto otros casos en los que la inteligencia artificial ha sido la protagonista, como en la canción generada por la propia IA con voces similares a Drake y The Weeknd, que tras hacerse viral en TikTok fue eliminada de Spotify. ¿Existe algún peligro para ciertos sectores profesionales (comunicación, educación, etc) con la llegada de la IA?

- Hay que tener en cuenta una cosa. Y es que la inteligencia artificial, lo dice ella misma, no le interesa la verdad. No dice la verdad ni le interesa la realidad. Yo mismo le pregunté ¿tú dices siempre la verdad? y la respuesta de la IA fue la siguiente: “Como modelo de lenguaje, siempre genero respuestas basadas en un conjunto de datos con el que fui entrenado. Mi conocimiento se limita a lo que es registrado en los datos utilizado en mi entrenamiento y no puedo garantizar la precisión del conocimiento”.

El tema de la veracidad de la información es uno de los puntos débiles de la inteligencia artificial. Los mismos expertos señalan que lo que dice debe ser validado por algún experto o persona, que son a los que nos interesa la verdad. Eso son ejemplos de engañar, de un uso fraudulento de la imagen y de la información. Luego está el tema sobre en qué medida nos puede sustituir o no la inteligencia artificial.

Nos puede sustituir en todo lo que son procesos u operaciones que son más mecánicos. Es decir, calcular, combinar datos, ordenar, traducir, en todo lo que es la parte más mecánica de la inteligencia, ahí nos puede sustituir. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la inteligencia no sólo es procesamiento de datos. Actividades como comprender, querer, amar, pensar. Estas son actividades en las que no nos puede sustituir.

Si un profesor de universidad, un periodista o un juez se limita a simplemente procesar datos, en eso, la máquina lo hará mucho mejor que el propio profesional. Ahora bien, debemos preguntarnos que ejercer una determinada profesión, pensar, comprender, tomar decisiones, son cosas que no son simplemente combinar datos. Ahí hay una captación, es un acto en cierto modo instantáneo. Es una inteligencia que no es pura computación de datos. La inteligencia artificial potencia la inteligencia, pero no debe sustituirla.

La inteligencia artificial potencia la inteligencia, pero no debe sustituirla.

Miquel Bastons

- Con respecto a la ética, ¿Cuáles son los límites que se deben establecer para la inteligencia artificial y para un correcto complemento junto con la actividad humana?

- Los derechos de las personas. Los Estados o la Administración tienen la obligación de proteger los derechos de las personas y contribuir al desarrollo del bienestar de una determinada sociedad. En la medida en que se sientan o puedan sentirse perjudicados los derechos de las personas o el ejercicio de la libertad, ha de limitarse el uso de la inteligencia artificial, y ha de regularse.

Como con el ejemplo que puse antes, el del coche. Hay que poner normas de circulación. Sin ellas, no podemos circular. Es decir, si no ponemos normas en cierto modo para el uso de la inteligencia artificial, simplemente nos puede autodestruir. ¿Por qué? porque es muy potente, y la capacidad de destrucción y de dañar a personas es proporcional a su potencial.

- Esa regulación, ¿Pasa más por las empresas? ¿O también pasa por Estados o instituciones europeas, como es nuestro caso?

- Yo creo que pasa primero por las personas. Hemos de formarnos, de educarnos en valores, en el respeto, en el sentido del desarrollo del bienestar social, cada uno de nosotros y la educación personal. Primero la regulación por parte de cada uno y después, deben llevarla a cabo las instituciones. Deben establecer un mínimo de normas para que la inteligencia artificial no cause perjuicio a las personas. En los diferentes niveles. Seguramente sea necesario una ordenación a nivel europeo, y en cada uno de los países.

- ¿Cuáles son los retos de la ética en la inteligencia artificial? ¿Qué se debe hacer para evitar casos como los mencionados anteriormente?

- Se trataría de no confundir la IA con la inteligencia humana. No sustituir la inteligencia humana por la inteligencia artificial. Por decirlo de algún modo, no traslademos la responsabilidad sobre las decisiones a una máquina. Este es el gran reto, el dejarnos sustituir. A veces hay caso de personas que, por comodidad, se dejan sustituir, el acto de pensar, tomar decisiones, comprender a los demás, comprender una determinada situación, ir al fondo, buscar la verdad, interesarse por los valores, no renunciar a eso que es lo más propiamente humano.

- A nivel social, ¿puede suponer un cambio importante la IA en el ámbito de comunicarnos entre nosotros? ¿Y en otros ámbitos?

- Sí, en el ámbito social por supuesto. Implica cambios muy importantes por ejemplo, las relaciones de trabajo, modificará la manera de trabajar y cambiará puestos de trabajo. Sustituirá unos puestos y se crearán puestos nuevos. En principio, si la sabemos usar adecuadamente, va a tener un impacto que puede ser positivo, porque es una herramienta muy potente.

Es como Internet. Ha modificado en cierto modo las relaciones sociales, son más ágiles, rápidas y cómodas, pueden conducir a muchos efectos positivos, aunque puede tener efectos negativos. Las personas necesitamos la relación personal, el interior con otro interior, conocernos entre nosotros y vernos las caras. Y quizá esto resulte más difícil, como está resultando en el caso de Internet.

Si sabemos utilizar adecuadamente la inteligencia artificial, va a tener un impacto que puede ser positivo.

Miquel Bastons

- De aquí a un largo plazo, ¿Cómo puede cambiar la realidad con la IA?

- Todo lo que son las operaciones más mecánicas, las podremos hacer con mayor rapidez y con mayor fiabilidad. Las operaciones intelectuales mecánicas, me refiero. Eso no significa a la parte menos mecánica de la inteligencia, esa seguramente no cambiará. Tendremos más tiempo para pensar. Para comprender, pensar, relacionarnos con los demás, lo más mecánico lo podrá hacer una máquina.

- ¿Qué consejos proporcionaría a las empresas para una correcta aplicación de la IA?

- Mi consejo es que apliquen la inteligencia artificial para calcular y combinar datos, pero no la utilicen para pensar ni tomar decisiones. Porque el pensar es propiamente humano, que lo utilicen para todo lo que es tratamiento de datos y cálculo de datos. Que no renuncien a la actividad de pensar las cosas, de buscar la verdad y de relacionarse con las personas.

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