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El ‘desconocido’ aceite que es tan bueno como el de oliva

Los expertos del CSIC han realizado un nuevo barómetro para evaluar la calidad nutricional de los aceites y el de lino ocupa el segundo puesto.

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El Instituto de la Grasa (IG) ha elaborado un nuevo estudio en el que propone un sistema de puntuación distinto al que se ha empleado hasta ahora para evaluar la calidad nutricional de los aceites, así como de las grasas comestibles. Este centro de estudio, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha compartido sus resultados en la revista Nutrients.

Este estudio encuentra su razón de ser en “ayudar a las personas a elegir opciones más saludables”, señalan desde el CSIC, a la hora de consumir aceites y grasas comestibles. Para elaborarlo, han tenido en cuenta la constitución de los distintos compuestos lípidos en los estos productos. El algoritmo le ha dado a cada uno una serie de puntos y la suma de todos ellos es el resultado que han tenido en cuenta para elaborar esta clasificación.

En total, han evaluado unos 32 aceites comestibles. El que mejor calificación ha obtenido es el de oliva virgen, también denominado “oro líquido”, por todo su potencial nutritivo y que resulta tan saludable, dadas las grasas insaturadas que posee. Este ha obtenido una puntuación de 100 y lo siguen el aceite de lino y los aceites de oliva y orujo de oliva.

¿Qué hace del aceite de lino uno tan bueno?

El aceite de lino o de linaza procede de las semillas de lino, que son una fuente rica de uno de los ácidos tipo omega 3. Este, además, resulta más que beneficioso a la hora de reducir el azúcar y el colesterol del organismo en sangre. También sirve para tratar algunas enfermedades digestivas e, incluso, inflamatorias.

¿Cómo introducirlo en la dieta?

La introducción de este tipo de aceite en la dieta se puede hacer de distintas maneras. Para empezar, se puede encontrar en estado líquido, pero también en forma de semillas o de harina. En caso de tomarlo a modo de aceite, se puede usar en ensaladas, a la hora de hacer panes o, incluso, galletas. Si se prefiere en formato de semillas, estas tienen que ser trituradas.

Su sabor es similar al de los frutos secos; sin embargo, se va tornando más amargo con el paso del tiempo, dado que tiene tendencia a oxidarse.

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