El ‘Caribe europeo’, de moda
Albania ha pasado de ser el país más pobre de Europa y pasar desapercibido en el panorama turístico europeo, a ser una de las joyas del continente
Albania, un país que hasta hace poco pasaba desapercibido en el panorama turístico, ha emergido este año como uno de los destinos más populares de Europa. Conocido ahora como el ‘Caribe europeo’, este pequeño país balcánico ha visto un boom sin precedentes en el turismo, especialmente en la costa sur, donde la Riviera albanesa, bañada por las aguas del mar Jónico, ha atraído a millones de viajeros en busca de playas vírgenes y paisajes naturales.
Un gran impulso económico
Según datos recientes, Albania ha recibido en 2024, hasta agosto, un 300% más de turistas extranjeros en relación con su población local, lo que significa que por cada habitante albanés, tres turistas han pisado sus tierras. Este impresionante crecimiento, que representa más de 8,5 millones de visitantes en tan solo dos meses, ha superado con creces a destinos tradicionales como Croacia y Grecia, que han registrado crecimientos mucho menores en el mismo período.
Este auge turístico está transformando la economía albanesa. Tras décadas de aislamiento y pobreza bajo el régimen comunista, Albania está viviendo una revitalización económica impulsada por el sector turístico. Aunque la renta per cápita del país aún se encuentra por debajo de la media europea, la mejora es significativa, con un crecimiento del PIB del 3,4% en 2023, en gran parte gracias a la fuerte demanda interna y la expansión del turismo.
Un futuro prometedor
Pero Albania no solo cautiva por sus playas cristalinas. Su rica historia, que incluye restos arqueológicos y una diversidad cultural única, también ha jugado un papel importante en su atractivo. Con una población mayoritariamente musulmana, el país se caracteriza por una convivencia pacífica entre diferentes religiones, y su capital, Tirana, se ha convertido en el epicentro mundial de la orden bektashí, una rama del islam sufí.
Sin embargo, este crecimiento masivo plantea desafíos. A pesar del optimismo, el rápido desarrollo del turismo no ha estado exento de riesgos, como la presión sobre las infraestructuras y la sostenibilidad del modelo a largo plazo. Las autoridades albanesas trabajan ahora en una estrategia para equilibrar el auge turístico con la preservación de sus recursos naturales y culturales, en un esfuerzo por evitar los errores cometidos en otros destinos europeos.
Albania ha dejado de ser el país más pobre de Europa, y con el turismo como uno de sus motores principales, su futuro económico parece cada vez más prometedor. Con la mirada puesta en un turismo más sostenible, este ‘Caribe europeo’ sigue siendo una opción tentadora para los viajeros que buscan nuevas aventuras en el viejo continente.
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