Dónde deberías colocar cada alimento en la nevera si quieres evitar intoxicaciones alimentarias

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 25% de las intoxicaciones alimentarias se deben a una mala colocación de productos alimenticios en las neveras. Si los alimentos se ubican en zonas que no refrigeran lo que necesitan estos productos, los microorganismos patógenos se reproducirán de forma acelerada, provocando intoxicaciones alimentarias. Por ello, es necesario saber qué zonas existen reservadas para cada tipo de alimento dentro de la nevera.

Muchas veces se tiende a rellenar huecos dentro de la nevera, sin importar qué alimento se ubica en cada lugar en pos de meter todos los alimentos posibles dentro de ella. Sin embargo, desde el Ministerio de Sanidad, aseguran que hay que mantener la temperatura de refrigeración (circulación del aire) entre los 0 y los 5 grados. Por lo tanto, organizar la nevera según las necesidades de los alimentos que se vayan a almacenar.

Parte superior y central

En este caso, se trata de una zona fría, no la que más de la nevera, pero sí con el suficiente nivel de temperatura para que los alimentos que se empiezan a consumir y se encuentran abiertos. Es el caso de embutidos, quesos, platos cocinados, conservas o postres.

Parte inferior

La zona inferior del frigorífico es la parte en la que la temperatura está más baja, es decir, la zona más fría. Para esta ubicación se recomienda reservar alimentos perecederos como carnes y pescados crudos, además de alimentos para descongelar.

Cajón inferior

Para este estante, la recomendación es que se reserven alimentos que no necesiten demasiado frío para conservarse. Es el caso de las frutas y verduras. Si estos alimentos se enfrían más de la cuenta, pueden correr el riesgo de deteriorarse. El cajón funciona como un aislante del frío para este tipo de alimentos.

Puerta

Por último, la puerta de la nevera se erige como la zona menos fría de la nevera. En ella, los alimentos aptos para ocupar espacio en esta superficie son las bebidas, salsas (ketchup, mayonesa, mostaza...), y la excepcionalidad de productos lácteos como quesos blandos y mantequilla.

Por último, recordar que los huevos, aunque por defecto, la nevera venga aparejada con una huevera en dicho estante, no se deberían de colocar en la puerta de la nevera debido a su exposición a los cambios constantes de temperatura al abrir y cerrar la misma. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), explica por qué se desaconseja esta acción:

“Esto puede facilitar la condensación de la humedad en la superficie del huevo. Ese agua puede favorecer el crecimiento de bacterias, que pueden entrar en el interior del huevo a través de los poros de la cáscara”.