Carlos Tena, jubilado con 41 años cotizados, afectado por un coeficiente reductor del 28%: “¿Esto es justo? Rotundamente no"

En España se exige a todos los trabajadores y trabajadoras un mínimo de 38 años y 3 meses de cotización para poder recibir el 100% de la pensión por jubilación. En el caso de no llegar a completar el tiempo mínimo exigido, la edad legal de jubilación pasa a los 66 años y ocho meses, edad mínima a la que se le añadirán dos meses extra a partir de 2026. Para quienes no cumplan con esta exigencia, la Seguridad Social aplica un coeficiente reductor para ajustar la cuantía de la pensión en función del tiempo restante a la edad mínima exigida.

La jubilación anticipada puede pedirse por varios motivos y solo podrá realizarse hasta dos años antes de la edad legal, es decir, a los 64 años y 8 meses. Aun así, la reducción del beneficio económico por el tiempo anticipado sigue generando un gran debate entre los jubilados. Uno de ellos, Carlos Tena, trabajador jubilado con 61 años de edad y 41 años de cotización, comparte su experiencia a través del canal oficinal de redes sociales de ASJUBI40, Asociación Jubilación Anticipada sin Penalizar, encargada de dar visibilidad casos como el de Tena.

“Fuera los coeficientes reductores”, reclama Tena a través de uno del canal de YouTube de ASJUBI40. Según explica el jubilado, su trayectoria laboral comenzó con tan solo 15 años de edad. “Al principio de los 70 esto era lo más normal”, explica él. Comenzó trabajando en una lavandería y posteriormente en una fábrica de muebles y otras empresas, al tiempo que estudiaba peritaje mercantil.

Más de 40 años de cotización

El primer parón que tuvo en su carrera laboral fue un periodo de nueves meses de paro después de ser despedido de su puesto de seis años en una de las empresas en las que trabajaba. Más tarde entró en el grupo Codorniú, donde permaneció otros 28 años. No obstante, la crisis financiera llevó a la empresa a despedir a la mitad de la plantilla del departamento donde trabajaba Tena.

A partir de ese momento, la situación laboral del jubilado fue a peor. En el momento del despido, Tena tenía 52 años y no fue hasta 2016 cuando encontró trabajo por un amigo suyo en una empresa que cerró un año después de su contratación. Este era ya su tercera vez en el paro y, a sus 61 años, vio difícil volver a incorporarse en el mercado laboral. Fue en ese momento cuando tomó la decisión de solicitar la jubilación anticipada.

Una decisión que le perjudicaría

No se trataba de un capricho, sino de una necesidad. Según explica Tena en redes sociales, él sabía que a su edad nadie querría contratarlo y no vio otra salida. Su salida anticipada, no obstante, le costó parte de su pensión. “La Seguridad Social me dijo que aceptaban la solicitud, pero que me serían aplicados unos coeficientes reductores del 28%”, explica él.

“Yo me pregunto, ¿eso es justo? Rotundamente no”, confiesa Tena. El jubilado explica no entender cómo alguien con 65 años de edad y 35 años de cotización perciba el 100% de su pensión, “y yo, que he cotizado 41 años, vea reducida mi jubilación un 28%”. Esta situación le lleva a pedir la eliminación de los coeficientes reductores en las pensiones y exige más justicia para quienes han trabajado gran parte de su vida.

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