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Sanidad pide no mezclar dos medicamentos: “Potencialmente mortales”

La combinación de medicamentos para combatir el herpes zoster agudo con brivurdina y de la flucitosina o 5-fluoropirimidinas resulta peligrosa.

Foto: Freepik

Hay una serie de fármacos que se pueden combinar entre sí o consumir de manera simultánea sin que haya ningún tipo de riesgo. Sin embargo, desde hace tiempo Sanidad ha alertado en severas ocasiones de que hay una combinación que presenta “riesgos potencialmente mortales” para el paciente que los ingiera. Se trata de la interacción entre brivudina y fluoropirimidinas.

Así lo ha advertido esta vez la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad. En una nota, ha explicado que se trata de una combinación “potencialmente mortal” y que ambos “nunca deben administrarse simultáneamente”.

La brivudina se encuentra, a día de hoy, únicamente en dos medicamentos autorizados: Nervinex y Brivudina Aristo. Se trata de un activo que actúa como inhibidor de la replicación del virus varicela-zoster. Por lo tanto, se usa como tratamiento precoz del herpes zoster agudo en adultos inmunocompetentes. Por su parte, la flucitosina o 5-fluoropirimidinas está presente en algunos tratamientos de quimioterapia antineoplásica.

Estos son los medicamentos recogidos por la AEMPS que contienen 5-fluorouracilo y derivados actualmente disponibles en España:

Esta combinación resulta tan peligrosa porque la brivudina regula el metabolismo de medicamentos como las fluoropirimidinas. Ello produce una inhibición enzimática que deriva en un aumento de la toxicidad de las fluoropirimidinas que resulta “potencialmente mortal”, señalan desde la Agencia Española de Medicamentos.

Seis casos graves

A pesar de los continuos avisos que se han hecho en esta línea, “se siguen notificando casos graves, incluyendo casos con desenlace mortal” derivados de esta práctica. Es más, desde el pasado 2017 ya se han registrado un total de seis casos en pacientes que han combinado ambos medicamentos. Todos ellos fueron graves y cuatro fallecieron por esta causa.

En caso de que fuera necesario que un paciente se trate con los dos medicamentos, “debe respetarse un periodo de espera como mínimo de 4 semanas entre la finalización del tratamiento con brivudina y el inicio de la administración de fluoropirimidinas”, precisan desde la agencia.

En cualquier caso, la AEMPS insiste en que, antes de recetar la brivudina a cualquier persona, el profesional médico se asegure de que no está siendo tratada con fluoropirimidinas o flucitosina. Y también al revés: que el paciente, cuando le insten a ingerir brivudina, “lea detenidamente la advertencia y la tarjeta de información incluida en el envase, además del prospecto”, recomienda la agencia.

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