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¿Por qué se le llamaba ‘perra gorda’ a la moneda de diez céntimos de peseta en España?

Esta moneda tiene un curioso origen. La confusión sobre si el animal que aparecía en la divisa era un perro o un león, el motivo.

Hace ya casi 20 años que el euro entró en vigor en España. El 1 de enero de 2002 la nueva moneda europea comenzó a ir de mano en mano en nuestro país, y según la web del Banco de España, dos días más tarde el 96% de los cajeros automáticos de la zona ya emitía billetes de esta nueva divisa y una semana después del lanzamiento, más de la mitad de las transacciones en efectivo se hicieron con la novedosa unidad.

El 2021 ha sido el final para las pesetas, pues el Banco de España anunció que el 30 de junio del año anterior terminaba el plazo para canjear nuestras antiguas monedas por euros.

Según el Banco de España, han quedado 1.575 millones de euros por cambiar en nuestro país: 793 en billetes y 782 millones en monedas.

Así, las monedas nacionales dejaron de usarse como pago de forma legal el 28 de febrero de 2002. Entre ellas, la conocida peseta española, que llevaba siendo la unidad monetaria de España desde el año 1868, es decir, en torno a un siglo y medio de reinado.

¿Por qué se le llamaba ‘perra gorda’ a la moneda de diez céntimos de peseta en España?

Entonces dejamos atrás un gran número de monedas muy características y con nombres muy curiosos. Por ejemplo, la popular ‘perra gorda’, la moneda de cobre de diez céntimos. Según explica Libre Mercado, en el reverso de la moneda aparecía un león sosteniendo el escudo de España. De esta forma, la población confundió el león con un perro y el curioso nombre comenzó a circular.

La moneda de cinco céntimos de peseta, conocida como ‘perra chica’

También existían las ‘perras chicas’, las monedas de aluminio de 5 y 10 céntimos que sustituyeron a las antiguas monedas de cobre presentes en el país desde el comienzo de las pesetas. Lo más probable es que el nombre de ‘perra chica’ se hubiese acuñado por la misma razón que ‘las grandes’: la confusión del león con un perro.

Otras tantas monedas de pesetas fueron acuñadas con nombres muy curiosos. ‘La lenteja’, como se conocía a la moneda de 1 peseta, recibió este apodo por su pequeño tamaño (14 mm de diámetro). El ‘pelón’, el ‘bucle’ y el ‘tupé’ se llamaron así por la forma en la que se representaba a Alfonso XIII: con un retrato de bebé, como un niño con rizos y con un mechón de pelo en la frente, respectivamente.

Despiste o dinero de emergencia, otros de los nombres que recibían las divisas

Otro de los nombres más curiosos que se aplicaron fue el de ‘despiste’. En 1868, el Gobierno Provisional, tras derrocar a Isabel II, quiso poner su nombre en el anverso de la nueva moneda, pero se le olvidó poner el nombre del país. De forma rápida, se paró la emisión para poder colocar la denominación de España, pero no fue hasta el reinado de Alfonso XII cuando se retiraron de forma definitiva.

Otra de las monedas que llaman la atención reciben la denominación de ‘dinero de emergencia’. Esto es debido a que la República no era capaz de acuñar una divisa fraccionaria, y, por este motivo, diversos sectores de la economía, como ayuntamientos, sindicatos, cooperativas y empresas privadas, emitieron su propio dinero paralelo, hecho con todo tipo de materiales, como metal, papel o cartón.

Esto también fue llevado a cabo por el ejército de Franco, que emitió su propio dinero de emergencia.

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