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¿Por qué se hace jornada intensiva en verano y qué tiene que ver la productividad?

Este tipo de jornada laboral es una de las más utilizadas en el período estival, y puede influir en el rendimiento de los trabajadores.

EUROPA PRESS

Cuando llegan los meses de verano, determinadas empresas permiten a sus trabajadores optar por otro tipo de jornada laboral. Conocida como intensiva, es una de las opciones preferidas por parte de los empleados, ya que les ayuda a conciliar la vida personal con la laboral. Esto tiene una meta clara, y es conseguir que se flexibilice el día de trabajo en el período estival en España.

¿Qué es la jornada intensiva en verano?

Este modelo consiste en una jornada en la que se realiza el trabajo sin ninguna pausa (exceptuando los 15 minutos obligatorios cada 6 horas, y que son reconocidos como tiempo efectivo). Es también conocida como jornada continua. Hay que tener en cuenta que no es un elemento obligatorio, sino que las empresas están en su derecho a no llevarla a cabo.

El período estival es un momento perfecto para poder llevar a cabo este tipo de jornada, debido a que el volumen de trabajo decae. Ya sea por la salida de muchos trabajadores por vacaciones o el descenso de cantidad de tareas, hay diversos factores por los que se toma esta decisión.

Eso sí, las fechas, en el caso de que se establezca la jornada intensiva, se encuentran sujetas a lo que decida la compañía. El 1 de junio es el primer día, mientras que el 30 de septiembre es la última jornada en la que se puede realizar durante el período estival.

Otro aspecto importante son los horarios. La intensiva puede variar desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la tarde en otros períodos del año, mientras que, en los meses de verano, puede discurrir desde las 8:00 horas hasta las 15:00 horas.

¿Qué tiene que ver la jornada intensiva con la productividad?

Esta es una de las grandes preguntas que pueden llegar a surgir en torno a la jornada continua. Según apunta un estudio de ‘PageGroup’, al verse reducidas las horas de permanencia en las oficinas, el trabajador puede llegar a tener una mayor capacidad de planificación, y, sobre todo, de concentración.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que estar toda una jornada de forma continuada, sin apenas descansos, puede perjudicar al empleado, y en última instancia, a la empresa. Es por ello por lo que, según indica ‘PageGroup’, reducir y mejorar las reuniones al máximo puede ser beneficioso. Asimismo, también establecer un tiempo para la junta figura como una de las prioridades para este estudio a la hora de mejorar la productividad.

De esta forma, que los trabajadores tengan más tiempo en el día después de finalizar su jornada puede repercutir en su estado de ánimo de forma positiva. Uno de los efectos que conlleva es una mejor conciliación entre el trabajo y la familia o los amigos. Otra de estas repercusiones es que puede aumentar su predisposición a la hora de hacer actividades que mejoren su formación.

¿Qué beneficios puede tener el establecimiento de la jornada intensiva?

El poder estar de forma seguida en la oficina, y salir con más antelación puede tener efectos muy positivos para la moral de los trabajadores. Entre esos efectos, nos podemos encontrar con:

  • Un descenso del estrés. Al contar con más tiempo para sí mismos y su vida personal, los trabajadores ven cómo tienen menos tendencia a estresarse, por lo que su productividad mejora, y no solo en cantidad, sino en calidad.
  • Un aumento de la autoestima.
  • Descenso del absentismo. Tener más tiempo libre produce que no haya que pedir permisos, o, al menos, no tantos, ya que el trabajador cuenta con espacio suficiente para poder realizar las actividades que desee tras salir del trabajo.
  • Mayor motivación.
  • Construcción de una imagen empresarial. Se mejora la situación de la empresa, ya que los trabajadores perciben que sus superiores se interesan y tienen compromiso para que puedan tener tiempo fuera de la oficina.

Tipos de jornada intensiva

Aunque el verano sea la época preferida para establecerla, hay otros períodos a lo largo del año en el que se puede llevar a cabo la jornada intensiva.

Los otros tipos son los siguientes:

Jornada de los viernes

En este caso, se trabaja de forma habitual de lunes a jueves, trabajando tanto mañanas y tardes, mientras que, durante los viernes, solo se lleva a cabo la jornada laboral por la mañana. Para poder llegar a las horas especificadas que se deben trabajar reflejadas en los convenios, se aumentan las horas los lunes o los jueves para poder compensar esta circunstancia.

Jornada intensiva el resto del año

Este modelo puede llevarse a cabo si el convenio colectivo de la empresa o la forma de trabajar lo permite. En cuanto al horario, lo habitual es que se lleva a cabo la jornada laboral de 8 de la mañana a 4 de la tarde, y este formato está sujeto a la cantidad de horas que se deben a trabajar según el convenio.

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