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¿Por qué nos damos la mano para saludarnos, origen y significado del gesto?

En el siglo XIX, en Estados Unidos parece ser que estrecharse la mana fue un modo de saludarse impulsado por los cuáqueros (una comunidad religiosa fundada en Inglaterra en el siglo XVII).

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El origen de saludarse dándonos la mano algunos lo ven en la costumbre antigua de echar mano a la espalda, cuando dos desconocidos se cruzaban en el camino. Ante la mutua desconfianza, para mostrar que no se iba con intenciones erróneas se daban la mano diestra o la llevaban al pecho, a la cabeza o la frente, mostrando que se tenía la mano desarmada.

Sin embargo, este no es su origen. Su amplia representación en diversos contextos hace difícil su interpretación. En el siglo XIX, en Estados Unidos parece ser que estrecharse la mano fue un modo de saludarse impulsado por los cuáqueros (una comunidad religiosa fundada en Inglaterra en el siglo XVII).

Una forma de saludo más “democrática”

Este grupo religioso pensaba que darse la mano era una forma de saludo más “democrática” que hace una reverencia o descubrirse la cabeza. Era una manera de eliminar las jerarquías, algo que hacemos en la actualidad de la misma manera.

En 2015, un grupo de científicos israelíes hizo un experimento. Estos grabaron apretones de manos entre cientos de personas desconocidas y se dieron cuenta con cierta sorpresa de que casi un cuarto de los participantes se olía las manos después. Así pues, a nivel biológico, se usaba de un modo inconsciente para detectar señales químicas y como medio de comunicación.

Impacto del coronavirus

La enfermera llamada Leila Given escribió un artículo lamentando la pérdida de algunos saludos tradicionales en favor del apretón de manos, asegurando que las manos eran “agentes de transferencia bacteriana” y que, llevando a cabo este gesto, se podían transmitir gérmenes con facilidad.

Por este motivo, y teniendo en mente la situación actual del coronavirus, por mucha confianza que tengamos en los demás, tal vez debamos dejar estos saludos tan arraigados entre nosotros para tiempos mejores.

Otros saludos

No obstante, besarse en la mejilla es una forma de saludo mucho más íntima, aunque también se usa en el mundo occidental entre desconocidos. De hecho, lo utilizaron los romanos que tenían tres versiones del beso: el osculum (beso en la mejilla), el basium (beso en los labios) y el suavem (beso entre amantes).

En la Edad Media se daba un beso como muestra de fidelidad y para sellar acuerdos. Se considera que durante la terrible pandemia de peste que asoló Europa en el siglo XIV, en Francia esta costumbre pudo haberse abandonado y no se recuperaría hasta después de la Revolución Francesa.

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