POLÍTICA

Yolanda Díaz pone fecha al fin de los coches de gasolina

La candidata de Sumar quiere conseguir la prohibición de estos vehículos para el año 2040, siguiendo su plan para reducir las emisiones de Dióxido de Carbono

Photogenic/Claudia Alba Europa Press

Sumar ya he presentado su programa oficial de cara a las elecciones generales de este 23 de julio. Todos los partidos tratan ahora, en este contexto de inicio de campaña, de diferenciarse del resto con medidas estrella y presencia mediática. Cada candidatura elige de qué causas quiere ser percibida como abanderada. Sumar, que incluye en su coalición marcas verdes como Más Madrid o Equo, parece haber virado hacia el ecologismo.

Siguiendo la senda marcada por otros ejecutivos del entorno comunitario, los de Yolanda Díaz quieren conseguir que, para el año 2040 se prohíba por completo la venta de vehículos de gasolina. El objetivo detrás de esta medida, que algunos consideran polémica, es reducir drástica y paulatinamente las emisiones de Dióxido de Carbono a la atmósfera que hace España, algo que está claramente englobado en un esfuerzo colectivo de la comunidad internacional por ralentizar el cambio climático.

La línea política trazada por la propuesta de Sumar es muy clara. La agrupación de izquierdas quiere conseguir un parque móvil electrificado que mejore el aire y no dañe al planeta. Pero, tal y como indica la fecha elegida para la consecución de los objetivos, es una meta a largo plazo. Además, para facilitar la movilidad dentro de las grandes ciudades, se apostará por hacer un refuerzo significativo del transponer público, incentivando esta opción por encima de la del vehículo privado.

Discordia en Alemania

Aunque estas líneas están en clara consonancia con el sentir general de las instituciones europeas, en realidad aumentan la ambición reformista. El objetivo de la UE era la prohibición de los vehículos de combustión, diésel, gasolina e híbridos para el año 2035, sin embargo, debido a la enorme presión ejercida por Alemania, los combustibles sintéticos se quedaron fuera de la lista de elementos a eliminar.

El ejecutivo semáforo de Berlín tuvo una grave crisis interna debido a esta cuestión. Los Verdes empujaron vehementemente para endurecer las medidas ecologistas, mientras que los liberales hacían fuerza en el sentido contrario por miedo a las consecuencias económicas que este cambio tan drástico de tendencia podría tener en la economía. El PSD, tratando de preservar la integridad de la coalición, acabó cediendo ante el ala derecha de su ejecutivo y llevando a Bruselas muchas de sus propuestas.

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