POLÍTICA

Rufián vislumbra un pacto PP-PSOE

El candidato de ERC por Barcelona ha alertado de que, si dan los números y se presenta la oportunidad, los dos partidos tradicionales formarán un ejecutivo de ‘Gran Coalición’

David Zorrakino Europa Press

Es ya larga la peripecia madrileña de Gabriel Rufián. Dio el salto a la arena nacional en 2015, como cabeza de lista por Barcelona de Esquerra Republicana de Cataluña. Desde entonces, ha sido una pieza destacada del parlamento español. Su grupo ha oscilado entre la fricción y la colaboración con la administración actual. A pesar de los acuerdos alcanzados con la coalición, en la campaña se están sucediendo algunos reproches mutuos.

No se guarda sus opiniones y, desde luego, no disimula en absoluto sus enormes diferencias con el PSOE. Aunque cercano políticamente al flanco Podemos del gobierno, Rufián se ha visto inmerso en crudísimas colisiones contra el partido del presidente. No hace tanto, un por aquel entonces ministro de Exteriores Josep Borell le espetaba al independentista en la cámara baja que “serrín y estiércol” era lo único que era “capaz de producir”.

Pero, durante estos cuatro años, republicanos y socialistas se han visto condenados a entenderse. La aritmética electoral era muy clara. Para sacar adelante la mayoría de sus iniciativas, el ejecutivo tenía que buscar a los nacionalistas de periferias. Porque alinearse con el Partido Popular -y no digamos ya con Vox- ha sido simplemente imposible en casi todos los frentes. Pero, incluso en esta coyuntura, Gabriel Rufián no olvida -ni perdona-.

Beligerancias abiertas

En una reciente entrevista con EuropaPress -aunque el sentido de estas declaraciones no es, en absoluto, algo nuevo en su argumentario- ha querido advertir a los votantes progresistas. El catalán ha sido claro. Si los números dan y el escenario es propicio, el PSOE buscará hacer una Gran Coalición con el PP. Algo que, por descontado, el propio Sánchez desmiente taxativamente. Pero la vehemencia de los de Ferraz no parece impresionar al candidato de ERC.

Rufián parece convencido de que, a no ser que las fuerzas a su izquierda tiren de él, el PSOE es un actor que tiende a inclinarse hacia la derecha. Por eso, dice, “la clave es darle fuerza al independentismo vasco y catalán”. Es de la opinión de que estos grupos son los únicos que pueden garantizar un equilibrio verdaderamente de izquierdas. Porque, tal y como ha recordado, si de Pedro Sánchez hubiera dependido, el gobierno de coalición se habría construido con Albert Rivera y no con los morados.

Las maquinarias electorales están a todo vapor. También en los márgenes de la geografía española. Los bloques nacionalistas echan ahora el resto para mantener su influencia en la capital. A izquierda y derecha. Bildu contra PNV en el País Vasco. ERC contra Junts en Cataluña. Y, en medio, los partidos estatales. Unos -PP y Vox- abiertamente beligerantes con los movimientos descentralizadores. Otros -PSOE y Sumar-, agitando la bandera del federalismo como solución a las eclosiones independentistas. Pero Rufián y los suyos tienen su propio discurso y su propia hoja de ruta.

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