FEDERACIÓN

Irene Montero le contesta a Rubiales: “Me avergonzó...”

La ministra de Igualdad en funciones ha condenado en ‘20Minutos’ el beso no consentido que Rubiales a Jenni Hermoso: “Mi obligación es llamar a las cosas por su nombre, un beso no consentido es violencia sexual”.

La ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, ha condenado en una entrevista en 20Minutos el beso no consentido que el ahora inhabilitado presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, proporcionó a la atacante de la Selección Española, Jenni Hermoso, nada más ganar la final del Mundial de fútbol.

“Mi obligación como ministra, mujer y feminista es llamar a las cosas por su nombre: un beso no consentido es violencia sexual. En este caso, con esta repercusión pública, a Rubiales lo han inhabilitado temporalmente, pero otros muchos besos no consentidos seguirán quedando impunes y la lucha del movimiento feminista es evitarlo”, ha manifestado de manera contundente.

Las mujeres “no están solas” y las instituciones están “para protegerlas”

Ahora bien, esta política española ha transmitido que otra cosa que le parece fundamental en este contexto es que Jenni Hermoso, pero también todas las mujeres que hayan sufrido situaciones similares, deben saber que “no están solas” y que las instituciones están “para protegerlas”.

¿Por qué? Está claro: eso ha sido también lucha del movimiento feminista con movimientos como el MeToo o el Cuéntalo. Es decir, pasar de que las violencias sexuales sean algo que las mujeres vivimos con culpa y en soledad a que haya un relato público de que son una realidad estructural.

Polémica con el discurso de Rubiales

Sobre el polémico discurso de Rubiales pronunciado el pasado 25 de agosto, Montero ha aclarado que “avergonzó” y “llenó de indignación a toda nuestra sociedad, fundamentalmente porque muchas mujeres pudieron recordar la reacción que seguramente hayan visto cuando han sido víctimas de un beso no consentido, de un tocamiento no consentido o de una situación de acoso sexual en el trabajo.

A su juicio, es un “discurso machista” que normaliza las violencias sexuales, especialmente las de menor intensidad, y que trata de cuestionar la posición de la víctima. “Esa forma de culpabilizar a la víctima, de decir que fue consentido cuando la propia jugadora está diciendo alto y claro que no lo fue. Es intentar situar el foco en la víctima y escrutar su actitud”, ha puntualizado.

Transformación profunda de nuestra cultura y de nuestra sociedad

“¿Cuántas veces muchísimas mujeres, ante una situación así, han escuchado lo de que si de verdad fuera para tanto habrían denunciado?”, ha cuestionado la política española. Es por ello que ha aclarado que existe un “clamor en la sociedad” y es que debe haber una respuesta ejemplar: Rubiales debería haber dimitido.

Y no solo por el beso no consentido, sino también por sus declaraciones. “Se ha de exigir por Hermoso, pero también por otras muchas mujeres que han vivido situaciones semejantes. Que se exija esa respuesta es una muestra de la transformación profunda de nuestra cultura y de nuestra sociedad, que está mucho más avanzada que los sectores más reaccionarios y que algunas de sus instituciones”, ha concluido Montero.

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