POLÍTICA

Lukashenko destapa las intenciones del Grupo Wagner

Según el presidente bielorruso, el grupo de mercenarios habría pedido permiso para hacer incursiones en territorio polaco

SPUTNIKvia REUTERS

Los wagneritas están, según constatan sus anfitriones bielorrusos, “bajos de ánimos”. Durante más de un año han sido el músculo de la invasión rusa. Siempre en primera línea y listos para entrar en batalla, a pesar de las malas condiciones materiales y del armamento occidental que el enemigo recibía constantemente desde Occidente. Su posición ahora es otra. Después del amago de rebelión de Prigozhin, han perdido la confianza del Kremlin.

Al mercenario de a pie se le dieron tres opciones. O bien cambiaba sus lealtades y se ponía a disposición del ministerio de Defensa, o acompañaba a su líder en el exilio hacia Minsk o retornaba a su hogar, guardando las armas. Unos cuantos miles eligieron recorrer la segunda senda. Aunque ha resultado ser, al menos por el momento, la menos agradecida. Los efectivos de la empresa se dedican ahora casi exclusivamente a llevar a cabo labores de entrenamiento de las tropas locales.

Algo que, según ha apuntado el propio presidente Lukashenko, les está sabiendo a poco. Porque los guerreadores que han continuado bajo el mando de Prigozhin, incluso en estas horas bajas, son, además de los más fieles, los más beligerantes. El mandatario bielorruso aseguró que le han “empezado a inquietar los wagneritas”, porque, según apunta, están pidiendo permiso para “ir a Occidente” en lo que llaman “una excursión a Varsovia”.

Un aliado incómodo

Huelga decir que tal permiso no ha sido concedido ni por el gobierno satélite de Minsk ni por el Kremlin. Los efectivos de Wagner operativos son apenas uno pocos miles. Menos de 10.000 acompañan al dueño de la firma en este momento, aunque se espera que este número aumente en el futuro cercano. Pero, en cualquier caso, una expedición en territorio polaco tendría consecuencias catastróficas casi aseguradas.

Sería extender el conflicto hacia una región incluida en el paraguas otánico. Algo que significaría la implicación directa del resto de potencias occidentales. Como medida disuasoria, Varsovia ha trasladado tres unidades militares a la frontera. No obstante, es altamente improbable que, en este momento, se lance una ofensiva hacia el oeste de estas características, ni desde Rusia ni desde Bielorrusia.

Lo que sí dejó claro el propio Prigozhin en uno de sus últimos vídeos difundidos por Telegram es que tanto él como sus acólitos echan de menos el frente. De hecho, y en contra de la línea general que está marcando la oficialidad rusa, insinuó que no se descartaba una vuelta de sus columnas a territorio ucraniano. Pero, de momento, la tarea principal que se ha marcado Wagner es, según el cabecilla, convertir al ejército bielorruso en “el segundo del mundo” a través del entrenamiento intensivo.

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