La ‘flota de la sombra’ rusa que inquieta a Occidente: se mueve sin aparente control con 600 barcos en empresas fantasma

La ‘flota de la sombra’ rusa vuelve a estar en el foco, después de que se produjera la desconexión del cable submarino Estlink 2, que conecta Finlandia y Estonia, así como de otros cuatro cables de telecomunicaciones en el Mar Báltico.

En esta ocasión, las autoridades finlandesas capturaron días atrás el petrolero ruso Eagle S, registrado en las islas Cook del Pacífico Sur. Desde los países afectados apuntaron a este buque, que forma parte de esa “flota en la sombra” a la que hace referencia Bruselas, y que se acuña a los centenares de embarcaciones antiguas que el Kremlin mantiene circulando para transportar productos petrolíferos rusos embargados.

De esta manera, Rusia no solo lograría esquivar las sanciones occidentales, sino que evitaría perder una fuente de ingresos fundamental para sus arcas, como son las exportaciones de crudo. No es la primera vez que se señala a estos barcos, a los que se ha señalado en anteriores ocasiones de representar una amenaza para el medioambiente y la seguridad, dado que son buques antiguos muy desgastados.

Sobre las características del total de barcos que conforman este grupo marítimo, se estima que se mueve sin control con 600 barcos en empresas fantasma. Sin embargo, no se tiene conocimiento alguno de quién tripula estos barcos, ni de quiénes trabajan en ellos. La aparición de esta flota clandestina es una consecuencia más de la guerra de Ucrania en el mercado mundial.

Al respecto de esta flota se ha manifestado este sábado la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, quien la califica de “gran amenaza”. Para la política germana, lo ocurrido “demuestra una vez más que la a menudo decrépita ‘flota fantasma’, a la que pertenece el buque ahora retenido por Finlandia, es una gran amenaza para nuestro medio ambiente y nuestra seguridad. Es una señal de alarma urgente para todos nosotros”.

Refuerzo de la presencia en el Báltico

Ante esta situación, la OTAN anunció el refuerzo de su presencia en el Mar Báltico, después de la petición realizada por las autoridades finesas y estonias, según anunció su secretario general, Mark Rutte, en X. quien utilizó el término “posible sabotaje” para referirse a los hechos acontecidos.

Por su parte, la alta representante de la UE, Kaja Kallas, anunció el refuerzo de las sanciones contra Rusia, así como de intensificar el refuerzo para proteger los cables submarinos, mediante “un mejor intercambio de información, nuevas tecnologías de detección, capacidades de reparación submarina y cooperación internacional”, según expuso en la misma red social.

Mientras, Estonia ha enviado ya un buque de guerra para proteger el Estlink-1, con el fin de disuadir cualquier actividad dañina de otros barcos que circulen por el Golfo de Finlandia. Si en algún momento detectamos que alguien quiere tirar el ancla en algún lugar del agua o que sucede algo sospechoso, podremos reaccionar”, dijo el ministro de Defensa finlandés, Hanno Pevkur.

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