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El vínculo que India y China han reforzado con Rusia

Las dos potencias asiáticas han experimentado un salto astronómico en la compra de crudo ruso, dando alas al ‘milagro petrolero’ del Kremlin.

SPUTNIKvia REUTERS

De la guerra se suele decir que tiene consecuencias inesperadas. Una de las primeras fichas que movió Occidente después de que Rusia diera luz verde a la invasión a gran escala en Ucrania fue la imposición de sanciones. Entre todas, las que buscaban dañar la economía rusa en su flanco petrolero eran las llamadas a ‘reventar’ los diques de contención de las exportaciones del Kremlin. Y no ha sido así.

Rusia no solamente ha sido capaz de esquivar todos los obstáculos occidentales, sino que los ha utilizado para impulsar su comercio con el petróleo a unos puntos todavía más altos que los que manejaba antes de poner un pie en el Donbás. Las caras -no- visibles, una flota misteriosa que opera en todo el mundo; los responsables, China e India.

El ‘milagro petrolero’ pasa por Asia

Las notas del primer trimestre del año han demostrado que Putin ha estudiado bien cómo manejar este tipo de comercio. Así, las exportaciones de crudo ruso transportado por mar han sumado un total de 3′5 millones de barriles por día, cifra que supera holgadamente los 3′35 millones que contaba el año anterior. Lo impresionante es que, de todo este petróleo, el 90% ha sido adquirido por China e India. Una cifra que elimina todo tipo de interés ornamental. Se trata de una apuesta seria.

Según la firma de análisis de materias primas Kpler, las cuentas promedian un total de millón y medio de barriles por día para cada una de estas potencias asiáticas. Esta cantidad es más que suficiente para que Rusia no eche de menos las exportaciones a países europeos: sumaban casi dos tercios, que, si bien no es poco, está lejos del altísimo número que garantizan China e India. A día de hoy, tan solo el 8% de las exportaciones de crudo ruso llegan a los puertos del Viejo Continente.

PASCAL ROSSIGNOLREUTERS

En la geopolítica y en los negocios pocas cosas ocurren por casualidad. “Tanto China como Rusia están aprovechando el crudo ruso con descuento, beneficiándose de las sanciones aplicadas a los materiales rusos por otros países”, apunta el analista principal de petróleo de Kpler, Matt Smith, en unas declaraciones a Insider. Así, no es extraño que, detrás de estos dos países, los siguientes en la lista de amistades petroleras del Kremlin sean Turquía y Bulgaria.

Viejos amigos, nuevos compradores

De hecho, también se suele decir que nada es nuevo bajo el Sol. Mucho antes de que Putin lanzara su fallida guerra relámpago, reconvertida con el tiempo en guerra de desgaste, China ya era uno de los principales compradores de petróleo ruso. De hecho, en 2021 las importaciones chinas suponían un 25% del crudo exportado ruso. Esta cifra, tal y como especifica Kpler, ha aumentado un 36% desde entonces.

Si el salto chino era grande, el indio es astronómico. Antes de la invasión, La India dependía de Moscú únicamente para el 1% de su petróleo. Ahora compra el 51% de todo su crudo a Rusia. Por este tipo de ‘milagros comerciales’ los diques petroleros rusos, que a estas alturas deberían estar en serios problemas, viven una segunda juventud. Igual que de la guerra se dice que tiene consecuencias inesperadas, también es bien sabido que es la coyuntura ideal para crear amistades. Y enemistades.

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