Comienza la ‘guerra del GPS’ de EEUU y Venezuela en el Caribe
La interferencia de señales satelitales por parte de ambos países aumenta los riesgos para la aviación y la navegación civil en la región.
La creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha abierto un nuevo frente en el Caribe: la interferencia de señales de posicionamiento por satélite, una práctica militar que ya está afectando al tráfico aéreo y marítimo civil.
Ambos países han intensificado el uso de bloqueadores de GPS con fines defensivos, una estrategia que, aunque busca proteger activos militares, está elevando el riesgo de incidentes en una de las zonas más transitadas del hemisferio.
En los últimos meses, varios buques de guerra estadounidenses desplegados en el Caribe han generado perturbaciones en las señales de navegación en su entorno. Según datos analizados por The New York Times, estas interferencias coinciden con la presencia de grandes unidades navales, entre ellas el portaaviones USS Gerald R. Ford.
Por su parte, Washington sostiene que el despliegue responde a operaciones contra el narcotráfico que, según la Administración estadounidense, cuentan con respaldo del Gobierno venezolano.
La respuesta de Venezuela
Caracas ha respondido reforzando el bloqueo de señales GPS alrededor de infraestructuras consideradas estratégicas, como bases militares, refinerías de petróleo y centrales eléctricas.
Expertos en navegación y guerra electrónica coinciden en que el objetivo principal de estas medidas es reducir el riesgo de ataque por parte de drones y armamento guiado por satélite. “Es de naturaleza defensiva”, explicó al diario estadounidense el especialista en radiofrecuencia Logan Scott.
Incidentes aéreos y riesgos para el transporte marítimo
Las consecuencias para el transporte civil ya se están dejando notar. Datos del Laboratorio GPS de la Universidad de Stanford indican que desde septiembre una parte relevante de los vuelos en el Caribe ha sufrido fallos de navegación. The New York Times ha documentado varios incidentes recientes, entre ellos el de un vuelo comercial que reportó una “casi colisión” con un avión militar estadounidense al despegar desde Curazao en diciembre.
La navegación marítima también se ha visto afectada. Informes de la Guardia Costera de Estados Unidos recogen episodios en los que petroleros y cruceros perdieron durante horas el uso de sus sistemas GPS, obligándolos a recurrir a cartas náuticas y referencias visuales.
Estos problemas se producen en un contexto de mayor presencia militar en la región, que incluye incautaciones de buques y el refuerzo de escoltas navales venezolanas.
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En Venezuela, el impacto es especialmente visible. La situación de “guerra electrónica” ha llevado a la cancelación de la mayoría de los vuelos internacionales hacia el país, dificultando los desplazamientos de los ciudadanos.
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