POLÍTICA

Ayuso da por cerrada la investidura de Sánchez: “Hay pacto con Puigdemont”

La presidenta de la Comunidad de Madrid se ha mostrado convencida de que el líder socialista conseguirá finalmente mantener el poder de la mano de las fuerzas independentistas

Alberto Ortega Europa Press

El mandato que salió de las urnas el 23 de julio fue, cuanto menos, difuso. Una muestra más de la división política que existe en muchas zonas del país. A un lado, el bloque de la derecha, con el Partido Popular y Vox, sumando 169 votos -170 si se cuenta el parlamentario de Unión del Pueblo Navarro-. En el pasillo de enfrente, la bancada progresista, con 153 asientos que se convertirían en 172 al añadir los 7 de Esquerra Republicana, los 6 de Bildu, los 5 del PNV y uno más del BNG.

El problema es que, para formar gobierno, hacen falta 176 votos favorables en primera vuelta. Algo que, de momento, ninguno de los dos postulantes alcanzan. No obstante, todo parece indicar que el popular, Alberto Núñez Feijóo, concurrirá al debate de investidura de todas formas, aunque no le den los números. Una forma de demostrar que su apuesta para hacerse con el timón del país va en serio.

Pero no hay posibilidades reales que, con el arco actual, el gallego emerja victorioso. Evidentemente, el PSOE no tiene intención alguna de abstenerse, lo que dejaría la pelota en el tejado de dos formaciones periféricas de tradición conservadora, PNV y Coalición Canaria. Ambas se han negado en redondo a sentarse siquiera a negociar mientras Vox esté en la ecuación, aunque sea tangencialmente.

Incertidumbre y exigencias

Por lo tanto, solo queda viva la vía de la izquierda con los nacionalistas. Pero tampoco este camino está exento de piedras afiladas. Es cierto que Sánchez y Unidas Podemos ya contaron con el empujón de algunos de estos grupos en la pasada legislatura. Pero el equilibrio es ahora, si cabe, más débil. Se necesita la abstención de Junts, que en los últimos años se ha caracterizado por su política de tierra quemada con todo lo que tenga que ver con política estatal. El sentir en el PSOE, no obstante, es que se intentará sacar adelante la singular aleación para evitar repetición electoral.

En el PP son muy conscientes del escenario que tienen delante. Y, aunque todos sus pesos pesados se han alineado detrás de Feijóo sin ambages, también se preparan para la eventualidad, ni mucho menos remota, de que finalmente Pedro Sánchez revalide su estancia monclovita. Una de las más sinceras a este respecto ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso -junto con Juanma Moreno, el activo territorial más portentoso de los populares-. La moradora de Sol ve el camino totalmente allanado para sus rivales. Y ha ido más allá. Ha aseverado que Puigdemont y Sánchez “lo tienen ya todo pactado”.

No hay, aún así, ninguna evidencia pública de que esto sea realmente así. En todo momento, la derecha catalanista se ha mostrado fría, distante o incluso beligerante con el actual ejecutivo. En la misma noche electoral, la diputada electa por Barcelona, Míriam Nogueras, dejó muy claro que Junts en ningún caso daría su sí “a cambio de nada” como otros partidos nacionalistas. Previsiblemente, sus dos principales demandas serán la autodeterminación y la amnistía. Dos cosas que el PSOE considera inasumibles.

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