Política

Así es el submarino nuclear K-561 Kazan, la joya de la marina rusa que forma parte de la Flota del Norte

Se trata de uno de los submarinos rusos más avanzados de toda la Armada. Fue puesto en servicio en 2021 y tiene capacidad para lanzar misiles hipersónicos Zircon.

Ministerio de Defensa de Rusia

El uso de la retórica nuclear se ha intensificado en los últimos días. Si bien ha estado presente casi desde el inicio del conflicto, allá por febrero de 2022, ha sido en las semanas más recientes cuando todo parece haber dado un paso más. La autorización, por parte de Estados Unidos, para que Ucrania use sus misiles de largo alcance contra Rusia puso en alerta al Kremlin.

La respuesta del presidente ruso, tras el uso de Ucrania de estos misiles, fue inmediata: el lanzamiento de un nuevo misil balístico hipersónico. “No hay medios para contrarrestarlo”, advertía Putin. Pero no es solo poder aéreo y terrestre el que tiene Moscú, sino que su flota marítima también tiene un peso importante en su sistema militar.

Dentro de toda su flota de barcos, buques y submarinos destaca el K-561 Kazan, con 120 metros de largo 13 de ancho. Se trata del submarino nuclear ruso más avanzado y lleva en funcionamiento desde el año 2021, después de que su construcción se iniciara en 2009. En una de sus últimas misiones, se le pudo ver en una visita “de buena voluntad” a La Habana, durante el pasado mes de junio.

Este submarino forma parte de la Flota del Norte, que junto a la del Pacífico son de las más destacadas dentro de la Marina Rusa. Una fuerza marítima que se completa con la Flota del Mar Negro, Flota del Báltico, Flotilla del Mar Caspio, Aviación Naval, Infantería Naval y Artillería Costera.

Varios misiles en la recámara

El Kazan, llamado así por la ciudad rusa del mismo nombre, es un submarino de misiles de la clase Yasen, siendo el segundo del proyecto (separado del primero por 16 años). Cuenta con un total de 10 tubos lanzatorpedos, pudiendo lanzar hasta 32 misiles Onik o Kalibr, e incluso los hipersónicos Zircon. Respecto al proyecto inicial hay muchas diferencias, por lo que se le considera como una nueva versión mejorada (Yasen-M).

Pese a los retrasos en el inicio de su construcción, motivados por la caída de la URSS y la crisis económica que vino después, se trata de un navío que, llegado el momento, puede ser toda una amenaza para sus enemigos. Su sigilo y su alto potencial ofensivo le convierten en uno de los principales peligros bajo las aguas.

Según analistas navales, el cambio en el diseño tuvo que ver con reducir los costes de construcción, sin que ello provocara una bajada en sus capacidades. Tras varios retrasos, finalmente su entrega a la Armada Rusa no llegó hasta el año 2020, debido a sus complejos sistemas de control. Después de completar las pruebas en diciembre del mismo año, con el disparo de misiles 3M-54 Kalibr y P-800 Oniks, fue puesto en servicio el 7 de mayo de 2021.

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