Abascal remodela la cúpula de Vox
El líder reduce las vicepresidencias y aumenta el número de vocales. Javier Ortega Smith dejará de ser vicepresidente para ser simplemente vocal.
A falta de 10 días para la celebración de la Asamblea General de VOX, Santiago Abascal ha presentado el equipo que, salvo sorpresa mayúscula, formará la cúpula del partido durante los próximos 4 años. El plazo para la presentación de candidatos finalizaba este martes 16 de octubre y, en principio, la propuesta de Abascal no tendrá rival, ya que hasta el momento no se ha anunciado ningún otro candidato. El actual presidente de la formación decide mantener en su ejectutiva a Javier Ortega Smith, del que se rumoreó que había intentado conseguir las firmas necesarias para presentarse a la elección, aunque este lo acabara negando. Sin embargo, su puesto queda degradado. De vicepresidente pasa a vocal. y ha ascendido a cargos de mayor responsabilidad a los líderes territoriales de la formación: Juan García Gallardo (Castilla y León), Alejandro Nolasco (Aragón) y José Ángel Antelo (Murcia). Las vicepresidencias pasan de tres a una, que recae en Garriga (actual secretario general de la organización), mientras que Pepa Millán y José María Figaredo pasan a formar parte de la dirección del partido.
Cambio estructural
Abascal propone un cambio sustancial de la estructura del partido; se reducen las vicepresidencias (hasta ahora en manos de Ortega Smith, Buxadé y Reyes Romero, que pasarán a ser vocales) y se aumenta el número de vocales de la ejecutiva, que pasan de 5 a 17, los ya mencionados Millán y Figaredo, junto a otras caras reconocibles de la formación como, Rocío de Meer, María Ruiz o Blanca Armario. Vox, que perdió 19 diputados en las últimas elecciones generales, aprovechó el descalabro de PSOE y Podemos en las elecciones municipales y autonómicas para entrar en varios ayuntamientos y cuatro gobiernos territoriales de la mano de los populares. La decisión de Abascal de dar entrada a varios dirigentes regionales evidencia la necesidad de la formación de mostrarse como un partido relevante en el panorama político ante la creciente falta de apoyos.
“Democracia inexistente”
La Asamblea, que en un principio iba a celebrarse a mediados de marzo, fue adelantada por Abascal el pasado 8 de enero, apenas 19 días antes, lo que provocó una crisis interna dentro de la formación. Los estatutos del partido establecen que para poder presentarse como candidato se debe conseguir el apoyo de un 10% de los afiliados. Ya en las pasadas elecciones, Abascal fue el único en conseguir pasar el corte y algunas voces se han mostrado críticas con el acortamiento de los plazos, que hacen que sea casi imposible la presentación de cualquier otro candidato. Durante los últimos días un texto anónimo ha circulado por las bases de la formación, criticando al líder de la misma y asegurando que “la democracia interna es inexistente”. Ni Abascal ni ningún otro miembro de la organización ha decidido darle importancia al texto y han dado a entender que es obra de personas ajenas al partido.
Batacazo gallego
El adelanto de la Asamblea parece tener un motivo claro, más allá de evitar que un posible candidato consiguiera los apoyos, y es la celebración de las elecciones gallegas el próximo 18 de febrero, en la que las encuestas vaticinan un batacazo de Vox, que no obtendría ningún representante. Esta no sería la única mala noticia para el partido ultraconservador, que se ha visto obligado a publicar su número de afiliados para la celebración de la Asamblea y estos han descendido en un 50% en apenas un año. Si a finales de 2022 el partido declaraba tener un total de 66.059 afiliados, este año la cifra se queda en 33.369, el 50,05% del total. La fuga no ha sido únicamente de afiliados y votantes, Carla Toscano, diputada y concejala por Madrid de la formación, anunció recientemente su marcha del partido, uniéndose a otras salidas muy sonadas del partido como la de Macarena Olona o la de Espinosa de los Monteros.
El texto crítico con el adelanto de la Asamblea resalta que el artículo 14 de los estatutos del partido establece que la Asamblea general debe convocarse con “al menos un mes de antelación”. Abascal lo anunció a falta de 19 días. La única manera de justificar esto sería si la Asamblea fuera extraordinaria (se puede hacer con 15 días de antelación), cosa que en un principio no se aclaró. Sin embargo, la celebración de una asamblea extraordinaria no debería sustituir a la ordinaria, cosa que sí ha hecho esta, y mucho menos tendría sentido convocar una reunión extraordinaria para elegir a los líderes de la formación, cuando se iba a hacer dos meses más tarde.
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